Unos criminales la tenían secuestrada y exigían una exorbitante cantidad de dinero para liberarla. El pánico se apoderó de ella, pero en medio del terror, una chispa de esperanza se encendió. Decidió llamar al 911, confiando en que la ayuda llegaría a tiempo.
El reporte llegó a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, que de inmediato activó un protocolo para atender esta situación tan angustiante. La policía, con una mezcla de determinación y compasión, se puso en marcha. Las horas se volvieron eternas para la madre angustiada, mientras la investigación seguía su curso.
Finalmente, la noticia llegó como un rayo de luz en medio de la tormenta. La joven mujer había sido localizada, sana y salva. Se confirmó que se trataba de un secuestro virtual, un engaño cruel que se ha vuelto cada vez más común.
La policía logró frenar la trampa antes de que la familia cayera en ella, evitando una tragedia que pudo haber sido irreversible.