Organizaciones y activistas, como el Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, han declarado "alerta máxima" para la entidad. La indignación se ha desatado tras una serie de crímenes que han dejado en shock a la sociedad oaxaqueña.
El caso más reciente es el de Virginia y Adriana Ortiz García, integrantes del MULT, quienes fueron asesinadas en el centro de la ciudad de Oaxaca mientras regresaban de su vendimia. Ambas eran artesanas indígenas triquis, víctimas de desplazamiento forzado debido a la violencia en su región.
Este brutal suceso no es un hecho aislado. La impunidad prevalece en Oaxaca. Las hermanas Ortiz García se suman a una lista de mujeres que han perdido la vida en manos de la violencia de género, entre ellas la enfermera del ISSSTE Judith Vianney Toledo Santos y la joven Soledad C.G., localizada sin vida después de cinco días de búsqueda.
La desaparición de la defensora de derechos humanos Sandra Domínguez Martínez también causa una profunda preocupación. Sandra lleva 34 días desaparecida, y su caso, junto con el de otras mujeres víctimas de feminicidio y desaparición, refleja la inacción de las instituciones y el peligro que enfrentan las mujeres en Oaxaca.
Las organizaciones denuncian la ineptitud y la desarticulación de las instituciones del gobierno, así como la omisión del Estado para atender las agresiones con perspectiva de género. La falta de voluntad para garantizar la seguridad de las mujeres se traduce en una cadena de feminicidios impunes, que dejan un rastro de dolor y desesperación en la entidad.