El centro de la controversia: la amenaza del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones mexicanas, una medida que inicialmente estaba programada para entrar en vigor el 1 de febrero. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, había declarado desde Palacio Nacional su escepticismo sobre la aplicación de estos aranceles, asegurando tener “un plan A, B y hasta C” para afrontar la situación.
Sin embargo, la Casa Blanca, a través de su vocera Karoline Leavitt, desmintió rotundamente las informaciones que apuntaban a una prórroga. Contrario a los rumores difundidos por Reuters, que hablaban de una posible fecha de inicio para marzo con la inclusión de un periodo de exenciones, Leavitt confirmó la aplicación de los aranceles a partir del sábado 1 de febrero. Esta decisión tomó por sorpresa a algunos, ya que minutos antes, una agencia de noticias había publicado que se otorgaría un mes adicional de plazo a México y Canadá para cumplir con las exigencias de Trump.
Según declaraciones del propio Trump desde la Oficina Oval, la imposición de estos aranceles se justifica por tres razones principales:
- El flujo masivo de migrantes ilegales hacia Estados Unidos.
- El tráfico de drogas, específicamente la fabricación y distribución de fentanilo.
- El déficit comercial entre ambos países.
La respuesta del Gobierno de México, liderado por Sheinbaum, ha sido mantener un tono firme pero cauteloso. Se ha enfatizado el trabajo continuo en mesas de diálogo con el gobierno estadounidense, abarcando temas de migración, seguridad y, por supuesto, los aranceles. Sheinbaum instó a la calma, remarcando la existencia de planes de contingencia y la importancia de defender la soberanía y la dignidad de México en las negociaciones.
La incertidumbre persiste sobre el impacto real de esta medida en la economía mexicana, particularmente en los estados productores de bienes destinados a la exportación a Estados Unidos. La situación se sigue desarrollando, y su resolución permanece en el ámbito de las negociaciones bilaterales.