En el último foro, celebrado en el CUCSH de la Universidad de Guadalajara, Arturo Zamora, coordinador del proceso, descartó categóricamente una propuesta que ha generado controversia a nivel federal: la “tómbola” para la selección de jueces y magistrados.
Zamora explicó con contundencia: “Uno de los criterios que hemos considerado adoptar es que, a diferencia de la reforma federal, en Jalisco no podemos recurrir a la tómbola. No podemos hacer eso porque estaríamos dejando la designación de jueces y magistrados a la suerte, a la fortuna, al azar. Y lo que se busca es garantizar que lleguen los mejores perfiles”. En su lugar, se prioriza la implementación de un sistema de preselección riguroso.
La decisión de Jalisco se basa en la convicción de que la designación de jueces debe ser un proceso transparente y basado en méritos, alejado de cualquier elemento aleatorio. Zamora recalcó las diferencias con la reforma federal, enfatizando la necesidad de una reforma judicial propia para Jalisco, considerando su sólida tradición jurídica y sus particularidades.
El funcionario hizo hincapié en la importancia de evitar las “fallas en algunos procedimientos a nivel federal”, asegurando que el objetivo es garantizar “certeza y certidumbre en el proceso de designación”, seleccionando a los mejores profesionales del derecho con el conocimiento, experiencia e integridad necesarios para impartir justicia.
El proceso de consulta, iniciado el 23 de enero, busca recopilar las opiniones de diversas partes interesadas. Por su parte, el gobernador Pablo Lemus, ha establecido un plazo para la presentación de la iniciativa ante el congreso: mediados de febrero. Se espera que la ley esté lista antes del 15 de marzo, aunque la implementación completa de la reforma podría extenderse hasta 2027.
La implementación de esta reforma en Jalisco representa un enfoque distintivo, priorizando la experiencia y el mérito sobre la aleatoriedad, marcando una diferencia notable con el proceso a nivel nacional.