Familiares y amigos recuerdan a joven asesinado por la BP

Nogales

Su madre Guadalupe Guerrero dijo que vive con frustración y enojo porque no se ha hecho justicia.

Cerca de cuarenta personas celebraron una emotiva vigilia para recordar al joven Carlos Lamadrid, quien falleció en mayo de 2011 después de recibir un disparo por la espalda a manos de un agente de la Patrulla Fronteriza.
“Todo este tiempo ha sido muy difícil, pero lo es más aún porque estas muertes tan injustas y sin sentido continúan pasando”, señaló  la madre del joven, Guadalupe Guerrero, quien estuvo acompañada de familiares y amigos.
Durante la ceremonia celebrada en Tucson, en el área conocida como El Tiradito, Guadalupe prorrumpió en lágrimas en más de una ocasión al escuchar semblanzas y homenajes a su hijo.
Originaria de México, afirmó sentir una “gran frustración y enojo” debido a que, según considera la madre, aún no se ha “logrado justicia” en el caso de su hijo, muerto el 21 de marzo de 2011 en la comunidad fronteriza de Douglas, en Arizona, a la edad de 19 años.
Ese día, el joven cayó abatido mientras huía de las autoridades en la frontera, escalando una barda para saltar al lado mexicano, tras recibir al menos cuatro disparos por la espalda a manos del agente Lucas Tidwell.
A pesar de las denuncias hechas por la madre de Lamadrid, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos se negó a llevar a la corte al agente fronterizo que disparó contra el joven, de nacionalidad estadunidense.
Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, recordó que Guerrero tuvo que presentar una demanda para al menos poder conocer el nombre del agente fronterizo que disparó a su hijo.
“El caso de Carlos muestra la impunidad con la que operan los agentes de la Patrulla Fronteriza y las muertes que son consecuencia directa de la militarización de nuestra frontera”, dijo Isabel García.
Indicó que se vive un clima tan “tóxico” que, a su juicio, la Patrulla Fronteriza está convencida de que “tienen el derecho de matar”, amparándose en argumentos diversos, entre ellos que los inmigrantes “les tiran piedras” o que “trataron de atropellarlos con el auto”.
En el caso de Lamadrid, indicó que el joven se encontraba agarrado al muro fronterizo con ambas manos, por lo que en ningún momento pudo haber tirado piedras o intentar agredirlos.
“Simplemente lo mataron por la espalda y luego evitaron que recibiera atención medica”, dijo García.
De acuerdo a cifras de esta organización, desde 2006 han fallecido 28 personas a manos de efectivos de la Patrulla Fronteriza.
El jefe de este cuerpo, Michael Fisher, defendió a sus agentes ante las críticas por el uso de fuerza, durante una presentación en la Expo de Seguridad Nacional en Phoenix celebrada el pasado miércoles.
Fisher señaló que sus agentes son acusados, de forma errónea, de “disparar indiscriminadamente” contra los inmigrantes.
El mes pasado, Fisher ordenó a los agentes fronterizos disparar solamente cuando “cuando sea extremadamente necesario” y, si es posible, retirarse cuando son atacados con piedras.
Según cifras de la agencia federal, desde 2010 los agentes de este cuerpo policial han sido atacados con piedras en más de 1,700 ocasiones a lo largo de la frontera.
Las nuevas directrices a los agentes de la Patrulla Fronteriza fueron calificadas por Guerrero “como un primer paso”, pero espera que la agencia federal se haga responsable y deje de “proteger” a sus agentes.

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