‘Explota’ clínica de sangre a mexicanos en Nogales, Arizona

Nogales.

A lo largo de la línea fronteriza, en territorio estadounidense, una serie interminable de clínicas se dedican a un negocio cada vez más próspero: obtener plasma de los mexicanos que acuden en busca de algunos dólares como “donadores voluntarios” de sangre.
En diversos anuncios, la comunidad nogalense ha sido bombardeada con publicidad que ofrece a los ciudadanos de ambas comunidades ganar hasta 200 dólares al mes sólo con donar plasma, y ayudar a un sin número de personas que se benefician con dicha donación, ya que este líquido es empleado en el tratamiento de pacientes que sufren de enfermedades críticas, incluyendo hemofilia, shock o trauma, deficiencias inmunológicas y otros trastornos de la sangre.
El vender plasma se ha convertido en una buena opción de ingresos, sobre todo para las personas que no tienen un ingreso, o que es mínimo, entre ellos trabajadores de maquiladora quienes en su mayoría tienen una familia numerosa y el pago que reciben a la semana suele ser insuficiente y ésta ha sido una manera de solventar su situación económica.
La clínica de plasma, ubicada en Nogales, Arizona, paga a los ‘donantes’ desde 20 hasta los 50 dólares, según el cambio del dólar, el número de donantes y la demanda.
Para donar plasma, los donantes deben tener entre 18 a 65 años. Los fronterizos que van por primera vez a vender plasma reciben un cuestionario en el que deben registrar un número de seguridad social de Estados Unidos, debido a que sólo los residentes y ciudadanos del país tienen permiso para donarla. Sin embargo, los laboratorios suelen omitir el dato para obtener la sangre de los mexicanos a quienes les piden solamente su visa de cruce y la credencial de elector.
En su mayoría son los nogalenses quienes acuden a vender este complemento de la sangre; hombres y mujeres desde muy temprano acuden a hacer línea para ser los primeros en ser atendidos y tal vez ser beneficiados con algún tipo de promoción en el pago ofrecida por la empresa.
Los donantes son recostados en camillas especiales, y a través de unos aparatos el plasma es extraído y la sangre regresa al cuerpo. El proceso dura de 20 minutos a dos horas, dependiendo de las condiciones físicas de la persona.

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