Manuel Nolasco Fue deportado, pero su familia está en EU

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Nogales.

No pierde la esperanza de reencontrarse con sus cuatro hijos y nietos.
La historia del señor Manuel Nolasco González representa la mayoría de todos aquellos migrantes que han sido deportados y que aspiran a volver intentar cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos para reunirse con sus familiares, porque en su natal México, no tienen nada.
Originario de Empalme, Sonora y con 60 años de edad, esta persona no pierde la esperanza de reencontrarse con sus cuatro hijos, quienes ya hicieron vida en la unión americana e inclusive, ya le dieron nietos estadounidenses a don Manuel.
Manuel vivió en el vecino país del norte durante 16 años, hasta que un error en su comportamiento le costó caro, ya que el haber tomado alcohol en un parque, le resultó en su deportación tras haber sido detenido por autoridades policiacas, a principios de año.
Y se quejó luego de que fuera expulsado de Estados Unidos por Ciudad Acuña, Coahuila, lo que le costó alrededor de mil 800 pesos de pasaje en autobús para regresar a Nogales, en donde residió previamente a esos 16 años de vivir en suelo norteamericano.
La migra te quita todo, no te devuelven nada, ni tus papeles, entonces cuando nos echan para este lado, andas sin credencial de elector y aquí tampoco te dejan en paz”, relató Nolasco González.
Al igual que Manuel, son cientos o miles los migrantes que experimentan esa situación, son deportados y se ven en la necesidad de intentar regresar al país de las oportunidades porque allá esta su familia y patrimonio, acá no tienen nada.
Aquí no tengo familia ni nada, duermo en la calle, ahorita me estoy quedando con unos conocidos por allá por un arroyo cerca de aquí”, platicó tras salir del comedor para migrantes del proyecto Iniciativa Kino, ubicado sobre el periférico y Reforma.
Desconoce los números telefónicos de sus familiares en Estados Unidos, por ello no se ha podido comunicar en más de tres meses que ha vagado por las calles de Nogales, sin trabajo, porque nadie lo quiere emplear por no contar con identificaciones.
Ando como perdido con la familia, pero tengo que volver con ellos, quiero intentar cruzar otra vez. Está difícil, pero tengo que ver cómo corre el agua”, adelantó el entrevistado.
Antes de ser deportado y de residir en el vecino país, Manuel se dedicaba a la construcción, recuerda que arreglaba techos, carpintería y albañilería.
También recuerda que antes, décadas atrás, era más fácil el intentar cruzar de manera ilegal, hoy en día es mucho más difícil, pero esas dificultades no mermaran sus deseos de reencontrarse con su familia, anhelo de miles de connacionales y centroamericanos que a diario cruzan ilegalmente hacia Estados Unidos.


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