Miguel Ángel Pérez pierde la vista, pero no las ganas de vivir y trabajar

Un bastón y su sentido de orientación lo guían por las calles de Nogales con un sólo propósito:  conseguir el sustento para su familia

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Nogales.

Un bastón y su sentido de orientación lo guían por las calles de Nogales con un sólo propósito:  conseguir el sustento para su familia.
Guiado por un bastón recorres las calles de la ciudad y sobre su espalda carga escobas, trapeadores y otros artículos de limpieza para el hogar, con un sólo propósito:  conseguir el sustento para su familia.
Miguel Ángel Pérez, originario de Bamoa, Sinaloa, perdió la vista en el año de 1988 a raíz de una caída de un caballo y su vida cambió por completo.
Cuando caí de mi caballo, debido al fuerte golpe que recibí en la cabeza perdí  la vista y mi vida cambió para siempre, lleno de miedo y con un destino incierto, Dios me dio las fuerzas que necesitaba para salir a delante.
Hoy mi familia es la mejor motivación que tengo para luchar diariamente por ellos, mis dos hijos y mi compañera de vida, mi esposa, son mi motor para vivir”, aseguró.
Residente del fraccionamiento Conjunto Jardín, está casado con Ramona Meraz y tiene dos hijos: Alan y Miguel Ángel, de 14 y 15 años de edad, respectivamente, quienes actualmente cursan sus estudios a nivel secundaria.
Mientras Dios me lo permita y me dé fuerza y salud, seguiré trabajando pues no soy de las personas que le gusta solo estirar la mano, y esperar que todo nos caiga del cielo, hay que trabajar y ganarnos el pan de cada día”, dijo.
Con la frente en alto sale de su casa a trabajar todos los días cargando en su espalda 18 trapeadores y doce escobas, algunos recogedores y otros artículos de limpieza como esponjas y estropajos, los que pueden pesar hasta 40 kilos.
Mi ganancia es muy variada, puedo llegar a ganar 200 pesos en un día o más con la ayuda de buenas personas que me bendicen con sus propinas, gracias al buen corazón de esta gente no pierdo el ánimo de seguir adelante en estos tiempos tan difíciles.
Con el tiempo he aprendido a organizarme en el manejo del dinero, pero normalmente confío en la gente, mis amigos, mis clientes. Sin embargo no ha faltado alguna persona que se ha aprovechado de mi ceguera dándome billetes falsos”, comentó.
El entrevistado dijo que son mucho más las personas buenas que las malas  y él sigue confiando en los demás, señaló que es el buen corazón de los nogalenses, lo que lo mantienen en movimiento, por lo que a los otros aquellos que abusan se los deja a Dios, para que él los perdone.
En sus andanzas ha sufrido accidentes, como resbalones, caídas, golpes y choques con objetos fijos, pero no nunca se ha desorientado, no pierde el ánimo, si se lastima regresa como puede a su casa, reposa y se recupera para luego salir a trabajar de nuevo.
Su meta siempre seguir adelante, pagar el estudio de sus dos hijos y seguir al lado de su esposa, y como ciudadano cumplido, pagar sus impuestos de los cuales va al corriente.
Miguel Ángel desde hace años paga de forma puntual la casa donde vive con su familia, el pago mensual lo hace en un banco y espera en algunos años terminar de pagarla, para heredar a sus hijos.

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