Nick Kurtz lidera la revolución juvenil de los Atléticos de Oakland

No es solo una consigna motivacional; es un reconocimiento al impacto inmediato que el primera base ha tenido en la franquicia. Con apenas 22 años, Kurtz ya se perfila como el favorito indiscutible para el premio al Novato del Año en la Liga Americana, pero su ascenso es solo una parte de la historia que los A’s están escribiendo.
La organización atraviesa un momento de transformación. Tras dejar Oakland, el equipo jugará temporalmente en Sacramento mientras espera la culminación de su nuevo estadio en Las Vegas para 2028. Mientras tanto, la directiva ha priorizado la construcción de un roster joven y talentoso, diseñado para competir a largo plazo. “No se trata solo de sobrevivir estos años de transición, sino de llegar a Vegas con un equipo ganador”, confió un miembro de la gerencia bajo condición de anonimato.
Nick Kurtz no es el único nombre que genera expectativa. Antes de sufrir una fractura en el antebrazo, el campocorto Jacob Wilson competía codo a codo con él por el reconocimiento al mejor novato. Mientras tanto, el jardinero Lawrence Butler —firmado recientemente con un contrato millonario— demuestra por qué lo consideran una pieza clave para el futuro. La adquisición del torpedero dominicano Leo De Vries, rankeado entre los tres mejores prospectos de MLB, refuerza la apuesta por la juventud.
Kurtz, por su parte, parece ajeno a las presiones. Su hazaña del 25 de julio —empatando el récord de las Grandes Ligas con 19 bases totales en un juego— lo consolidó como fenómeno. “Es el tipo de momento con el que sueñas desde niño”, confesó el novato, quien lideró a las mayores en promedio de bateo (.395) y slugging (.953) durante julio. Su habilidad para resolver partidos bajo presión —con siete carreras impulsadas para ganar juegos— ha sorprendido incluso a sus compañeros.
El vestuario, dominado por jugadores en la veintena, vibra con una energía renovada. Brent Rooker, a sus 30 años, bromea sobre sentirse “el abuelo del grupo”, pero reconoce el talento crudo que lo rodea. “Estos chicos no necesitan tutores; están listos para brillar”, afirmó. Mientras, Butler insiste en que la química es palpable: “Cuando todos crecen juntos, se crea algo especial. Esto solo está comenzando”.
Las críticas hacia la propiedad por su historial de recortes salariales persisten, pero los contratos extensos a Rooker y Butler sugieren un cambio de estrategia. “Las Vegas merece un equipo competitivo desde el día uno”, declaró Forst, dejando entrever que la era de austeridad podría llegar a su fin. Por ahora, los A’s se aferran a pequeñas victorias: una racha de siete triunfos en 10 juegos y la certeza de que, en medio del caos, están construyendo algo más grande que un equipo temporal.