El Diario de SonoraNogales.
“Las voces vienen del mar” es una novela del sonorense Guillermo Munro. Una de mis favoritas, debo decir, una novela que no dejo de recomendar a nuevos y epecializados lectores. Pedagógicamente hablando es una novela que sirve tanto a maestros de Historia como de Literatura, pero por sí mismo, más allá de lo educativo, es un libro que atrapa a todo lector.
“Las voces vienen del mar” obtuvo el primer lugar en el concurso de Novela Sonorense en 1992, por lo que fue publicada por el ISC (Instituto Sonorense de Cultura) en 1994.
Es una obra completa en todo sentido. Siempre he sido de la idea que una buena historia, un buen argumento, es solamente la base de una novela. Un buen argumento debe estar fundamentado con un buen narrador, personajes bien trabajados y una línea conductora que sumé y dé sentido de unidad a toda la historia. Todos esos elementos conjugan una buena obra narrativa y aquí están presentes y concretan su objetivo.
Curiosamente, en una charla que alguna vez tuve con don Guillermo en la Feria del Libro de Puerto Peñasco hace unos años, le comentaba que esa fue la primera novela que leí de él mucho antes inclusive de estudiar la licenciatura en literaturas hispánicas y que era una de mis novelas favoritas como lector lúdico y también desde el punto de vista formal, teórico y crítico, a lo que me contestó un poco asombrado que aunque la consideraba una buena novela, no era su favoritas entre las que él había escrito.
La historia de la novela se basa en la investigación que hace un personaje sobre la misteriosa muerte de un tío lejano del que pocos o nadie puede o quiere hablar. El pretexto perfecto para contarnos la historia de los pescadores que poblaron y exploraron el Mar de Cortés, particularmente de la familia Palacios. La historia transcurre en varias épocas y en varios niveles de narración (con varios narradores). El personaje principal va viajando por diferentes puntos pesqueros entrevistándose con personas que conocieron a su tío y cada uno expresa no sólo versiones diferentes sino a veces antagónicas, testimonios que nos llevan de la mano a través de la historia de Sonora citando hechos históricos en Nogales, Peñasco, Guaymas, Empalme, Bahía de Kino, Hermosillo, entre otros, narrándonos cómo era la vida en nuestro estado en la época de la Revolución Mexicana, la vida de los yaquis y el intento de exterminio de éstos por diferentes gobiernos, la gesta heróica de Nogales, asaltos al tren, el nacimiento de varias poblaciones pesqueras, las visitas de Al Capone al Mar de Cortés... un Sonora histórico que difícilmente encontrarás en los libros oficiales y escolares a través de personajes que trascienden por su humanidad, su testimonio.
Para mí el conflicto central de esta novela es el enfrentamiento entre la memoria y el olvido, el ofrecerles la inmortalidad a los hombres y mujeres que hicieron de Sonora lo que es hoy y que nunca habían sido considerados; es la dignificación de la memoria popular individual y colectiva contra el olvido de la oficialidad histórica selectiva. Y como si eso fuera poco, es también plenamente una obra de arte.
No importa si eres un lector asiduo o andas en tus primeras lecturas, debes leer este libro y no porque sea sonorense, sino porque es universal. Además no hay pretextos porque aunque la primera edición ya se agotó fue reeditada y de cualquier manera puede ser la justicación perfecta pare acercarte a una biblioteca pública. Seguro ahí lo encuentras.
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