El Diario de SonoraNOGALES
Si la tecnología vino a facilitar los trabajos, ¿por qué no habría también de facilitar las relaciones sentimentales? Basta un click mutuo para hacer match en Tinder y comenzar a hablar con una persona interesada en lo mismo que tú: tener una relación.
Tienes frente a ti un menú amplio de opciones, en algunos casos puedes leer a detalle las características de ese ‘platillo’, lo que tiene, lo que le sobra y hasta con qué puedes acompañarlo, y para aquellos que no lo especifican, de la vista nace el amor.
Pero no solo tú tendrás que esc o ger, también tendrán que seleccionarte a ti. El mismo proceso y escrutinio con el cual elegiste se aplicará en tu caso. Y si tuviste suerte de que tú y esa persona se gusten y se dieran match, ya puede comenzar el contacto a través de un chat.
No todos corren con suerte, pero para eso la famosa plataforma de citas te ofrece ciertas ‘ayudas’, por una cantidad de dinero, puede ponerte como principal opción en el ‘menú’. Los o las interesadas podrán tener tu contacto para ‘otro momento’, si es que en ese instante no fuiste el platillo principal.
Durante varios días fui parte del menú y parte de la clientela. Seleccioné un rango de edad de 28 a 48 años, así como 80 kilómetros como parámetro de búsqueda. La mayoría de las ‘opciones’ tenían residencia en el sur de Arizona, y solo unas pocas de esta frontera.
ME ELIGIERON Y ELEGÍ
-Hola, ¿ya cenaste?, fue la primera línea de conversación que recibí.
Sin presentaciones, ‘rodeos’, o historias familiares, la plática inicia.
Edad y lugar de residencia, resultan preguntas obligadas, pese a que en el perfil de cada uno de los participantes aparece.
Y todavía más obligada la pregunta ¿En verdad eres tú el/la de la foto?
Sorteada esa parte, comienza el saber qué se está buscando en este contacto virtual: solo conocer, una relación seria, o llanamente sexo, o quizá una mezcla de las tres.
NO TODO ES LO QUE PARECE
Cinco de las personas con las que entablé comunicación señalaron que ‘no todo es lo que parece’. Al menos en una ocasión han resultado defraudados en sus expectativas, pues con quien se reunirían no lucían tal y como aparecían en sus fotos. En algunos casos, ni siquiera era la persona de la foto del perfil.
Si bien la mayoría reconoció el agrado por la apertura con la que se puede buscar sexo casual a través de la plataforma digital, no es en la misma medida las respuestas positivas. “El que se pueda no es lo mismo a que se tenga”, dijo uno de ellos. “Tengo tiempo intentándolo, y no ha pasado de alguna salida”, agregó otro.
Una joven señaló que es más complicado para las mujeres el conseguir una pareja. “Si solo quisiera sexo, no necesitaría una aplicación para conseguirlo. Quiero conocer a personas que no conocería donde estoy ahorita”.
“Te dicen una cosa y son otra cosa en la vida real, igual que uno”, dijo un supuesto joven de 28 años, originario de Magdalena.
¿POR QUÉ ESAS FOTOS?
Si estás en la búsqueda de pareja, la foto es el primer paso para lograr un match, de ahí la importancia de seleccionar muy bien cuál será tu carta de presentación.
Un traje formal, una simple camiseta, o la ausencia de ésta para enseñar el abdomen de lavadero, predominan en las imágenes.
Hay algunos que van más allá, y utilizan filtros de Snapchat, las clásicas orejas de perrito, oso y otros animales, tanto hombres como mujeres.
Lo alto de una montaña, unas vacaciones paradisíacas, el campo o el simple asiento del carro, son los lugares que vemos de fondo.
Pero lo que más destaca de entre todo este menú son las fotos de hombres y mujeres acompañados de niños, posibles hijos.
¿Por qué pones la foto de tus hijos? –pregunté-. “Porque soy papá y no escondo nada”.
¿Y eso no te afecta para ligar? “No debería, a la que le guste, le voy a gustar tal cual. No estoy buscando una aventura, aunque si pasa, no me voy a negar. ¿Acaso no me hablaste por algo?”
MEXICANAS SON MÁS ‘RECATADAS’
Una gran diferencia en personalidades y definición de lo que buscan y quieren tienen mexicanas y ‘gringas’, a decir de dos con quienes intercambié mensajes.
“Las gringas te ponen clarito lo que quieren, para que no les hables si no llenas los requisitos, así que si sabes lo que quieres, ponle, porque luego te dicen de todo, algunos muy pasados”, dice uno.
Mientras la segunda persona señala que es poca información y fotos las que ponen las mujeres de origen mexicano, lo que les complica el tener un acercamiento.
“No sé si son más tímidas, o recatadas, pero no ponen mucho sobre ellas, pero si están aquí es por lo mismo que nosotros”.
¿SOLO O EN COMBO?
El amor romántico de siglos atrás es historia. Los niveles de romanticismo bajaron y entraron factores, como el consumo y la tecnología, que determinan ahora las relaciones interpersonales.
Hoy, las redes sociales y las nuevas tecnologías modificaron las formas de comunicar y de amar. Las personas se conocen a través de una pantalla y establecen vínculos desde allí, con un solo click, un match, un me gusta; vínculos efímeros en su mayoría, y solo unos pocos pueden presumir lo contrario.
La mayoría de con quienes establecí un vínculo coinciden en señalar el no tener tiempo para el cortejo, quieren un amor a la carta, buscan probar el platillo sin tener que prepararlo; buscan satisfacer su necesidad de compañía al instante, cual si fuera a un restaurante de comida rápida.
Nada más placentero que pararse frente al mostrador, ver el menú, seleccionar el platillo, decidir si lo quiere solo o en combo.
¿Qué puede pasar? Satisfacer su hambre, su antojo, encontrar lo que buscaba y quedarse con él. O bien, decepcionarse y no volver a pedir ese platillo, con la opción de seguir probando el menú de la carta, o simplemente cambiarse de restaurante; la música y la velas corren por su cuenta.
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