Ordenan a Obispo de Nogales en ceremonia solemne

Con una ceremonia solemne y de carácter histórico para la ciudad se dio la ordenación episcopal de monseñor José Luis Cerra Luna como segundo Obispo de la Diócesis de Nogales, con el domo de la Universidad Binacional como sede.
En presencia del Nuncio Apostólico en México Joseph Spiteri, el arzobispo de Hermosillo, monseñor Ruy Rendón Leal, fue el encargado de realizar el protocolo oficial, siendo la primera ocasión que asume esa representación.
Como invitados especiales se sumaron el obispo de Matamoros-Reynosa monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, precisamente sede donde monseñor José Luis Cerra Luna fungía como sacerdote por 35 años de servicio eclesial, además de arzobispos u obispos de diversas sedes de México y de Estados Unidos.
Se contó con la presencia de monseñor José Leopoldo González González, quien fue el primer Obispo de la Diócesis de Nogales, nombrado en 2015 cuando el Papa Francisco creó la diócesis. Y, precisamente monseñor José Luis Cerra Luna fue nombrado obispo de la misma diócesis en 2025, convirtiéndose en el primer obispo mexicano en ser nombrado por el Papa León XIV y en asumir su cargo en Nogales, Sonora en este miércoles 10 de septiembre.
En su mensaje a la feligresía, hizo puntual agradecimiento a autoridades municipales, en presencia ahí del alcalde Juan Francisco Gim Nogales y su esposa Griselda Quintero, además de representación del Gobierno del Estado y la Federación, presencia del Poder Judicial y Legislativo, fuerzas armadas y diplomáticas, así como a la sociedad civil organizada, entre otras.
Hizo especial referencia a sacerdotes y religiosas que sirven en las diferentes 17 sedes municipales que conforman la Diócesis de Nogales, a quienes conminó a sumar en unidad para fortalecer la misión de evangelizar y abonar a la paz social, con ejemplo preciso de la vida y obra del Padre Eusebio Kino, así como de Juan Navarrete, entre otros que han servido.
El domo de la Universidad Binacional lució lleno de personas que se sumaron a este acto histórico y de gran valor clerical, con la referencia de participación de viajeros especiales, como la familia de sangre de monseñor Cerra Luna, que decidieron estar en este momento emblemático.