Agua Prieta, Son
Un grupo de jóvenes estudiantes canadienses guiados por su maestra Jody Terpstra, arribaron a esta frontera para construir viviendas destinadas a familias que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad.
Lo anterior fue informado por Rosamaría Townsend, residente en Douglas, Arizona y enlace en fronterizo con este grupo de entusiastas voluntarios, mientras que John VerWys, originario del estado de Michigan, es el director de obra de las casas que se construyen.
"Ayudamos con lo que podemos a la gente, construyendo las casas, les traemos ropa, alimento, medicamento y también los ayudamos con la divina palabra de Jesús para que ellos, al igual que nosotros, encuentren la felicidad a través del camino del evangelio", expresó Townsend.
Al preguntarle al constructor de las viviendas John VerWys, qué lo hace venir desde tan lejos a esta frontera para ayudar a las familias locales que están en pobreza extrema, respondió con seguridad y firmeza: "El Señor nos llamó, nos dio y nos guió, por eso estamos aquí".
"Es una oportunidad de servir y a la vez, de compartir el evangelio", agregó.
En Agua Prieta, la línea de contacto la tienen desde hace más de 20 años con Perfecta Tavita Soto, quien atiende con diligencia el comedor Ebenezer, donde se les sirve alimento nutritivo, al menos, a mil personas al mes.
El comedor cuenta con apoyo de la iglesia cristiana norteamericana, pero, aun así, no alcanza para cubrir todos los gastos y Perfecta Tavita Soto, vende ramos de flores por las noches, en calle 6, avenida 4, frente a la parroquia de Guadalupe y la mitad de sus ganancias las dedica al comedor comunitario a su cargo.
Desde su puesto público en el cual se desempeña como regidora del actual Cabildo, "La Tavita", como se le conoce cariñosamente en esta frontera, realiza los enlaces con funcionarios de la administración municipal.
Insiste en su objetivo, hasta convencerlos de donar terrenos propiedad del ayuntamiento en los cuales se construyen las viviendas por los estudiantes canadienses, para familias sin hogar.
La dimensión de las casas es de 16 pies de largo por 14 pies de ancho. Paredes y techo, las construyen en el comedor Ebenezer, localizado en calles 42 y 43, avenidas 7 y 8 del fraccionamiento Los Olivos, para luego ensamblarlas en su punto de destino final.
En esta ocasión, desde ahí, trasladaron las 4 paredes y el techo de madera hasta la calle 43, avenidas 6 y 7 de la colonia Plan de Agua Prieta, al sur de la ciudad, donde los polígonos de la pobreza, asoman su miseria entre luces, sombras y fuegos de cada amanecer.
MADRE SOLTERA CON 6 HIJOS
Arely Berenice Ponce Rivera, de 29 años, madre de seis hijos de 13, 12, 10, 9, 7 y 5 años de edad, trabaja como empleada doméstica y en otras ocasiones acude a la "chilera", donde por limpiar un costal de chile verde, gana 8 pesos.
La empresa donde se labora a destajo, se ubica en calle 35, avenida 9, y desde el amanecer abre sus puertas para la gente que llega en busca de una oportunidad para llevar el sustento a sus hogares y alimentar a su familia. La mayoría que trabaja en la "chilera", son mujeres.
"Me pagan a 8 pesos cada costal de chile que limpio. Durante el día, alcanzo a limpiar 20 costales y me gano 160 pesos que son para darle comida a mis seis hijos", declaró la mamá soltera.
Expresó su agradecimiento a los canadienses y norteamericanos que le construyeron su casa, porque no tenía y también a la administración municipal que hizo la donación del lote.
"Estoy muy agradecida con la Tavita (Perfecta Tavita Soto), porque ella como regidora, en solo un mes me consiguió el lote y habló con los canadienses para que me construyeran mi casa. Muchas gracias también a las personas cristianas que vienen de Estados Unidos", destacó.
"También le agradezco al alcalde por la donación del terreno donde construyeron mi casa", añadió.
Estudiantes se costean su viaje
El grupo de jóvenes estudiantes canadienses que realizan sus estudios en la escuela Timothy Christian School y que vinieron a Agua Prieta, para realizar su invaluable labor social de darle felicidad a una familia está integrado por:
Rebeka Den Hertog, Amber Neels, Charmain Den Hertog, Joana Lefebure, Amy Roos, Naomi Beerke, Joanne Beeke, Joyce Beeke, su maestra Jody Terpstra y Bernita Van Hierden. Ellos viven en Chilliwack, provincia de Bristish en el estado de Columbia, Canadá.
Todos ahorran durante un año para venir a Agua Prieta a realizar su labor humanitaria. Se pagan ellos mismos todos sus gastos desde el viaje en avión hasta Phoenix, Arizona, y a ello, se le suma su traslado terrestre hasta esta frontera y su estadía de varios días.
Algunos estudiantes vienen acompañados de sus papás, indicó su maestra Jody Terpstra.
Agradecida
La señora Francisca Montes, acudió al comedor comunitario Ebenezser, para agradecer de manera personal a los canadienses la construcción de su casa, que el día de ayer cumplió 12 años de vivir bajo ese techo.
Su domicilio está ubicado en calle 48 y 49, avenida 18 y manifestó su agradecimiento a los estudiantes canadienses de aquella generación del año 2011, que le construyeron su morada y lo mismo, a las personas norteamericanas que la apoyaron en su construcción.
"Este día, mi casa que me construyeron los canadienses cumple 12 años y quiero agradecerles a los estuidiantes y maestros de aquella generación del 2011 que vinieron a Agua Prieta a construirme mi casa. Estoy muy feliz y agradecida con todos ellos y que Dios los bendiga", enfatizó.
Más de 20 años ayudando
"La mayoría de las casas de la colonia Ladrillera, han sido construídas por los canadienses, casi todas las familias tienen un techo seguro gracias a este grupo de cristianos que, después de pagarse sus gastos ellos mismos traen todo tipo de ayuda para Agua Prieta", subrayó.
En el histórico, puntualizó que desde el año de 1982, se reciben este tipo de apoyos en vivienda, además de ropa, medicinas, alimento y los mensajes espirituales a través de la palabra del evangelio de Jesús.
"Me dieron la oportunidad de hacerme cargo del comedor comunitario donde al menos, se atienden a un mil personas al mes, todas, de familias vulnerables, todos con ingresos tan mínimos que no alcanza para comprar comida a sus familias y otros más, sin trabajo", indicó.
Comentó que los canadienses son personas altruistas, al igual que los norteamericanos y llegan una vez al año para realizar su trabajo de apoyo a familias aguapretenses, sin esperar recibir nada a cambio. Explicó que cuando se entrega la casa terminada, es dedicada al Señor para que siempre esté bendecida y entre todos, se hace oración comunitaria de agradecimiento.
"Ahora esperaremos hasta el 2024, en que regresen a seguir apoyando a más familias necesidades de esta frontera y les damos nuestras bendiciones por venir y hacer posible que exista un techo seguro para algunas mamás y sus hijos ", concluyó.