Sin embargo, en la región de Tucson, Arizona, la percepción es diferente. Mientras que algunos expertos apuntan a un posible respiro en el alza de los precios, muchos habitantes locales no perciben una mejora tangible en sus bolsillos.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) prevé una disminución en el ritmo de aumento de los precios de los alimentos durante el presente año. Esto se suma a las observaciones del Instituto Commonsense de Arizona, que ha detectado una ralentización en la escalada general de precios a nivel nacional.
En el ámbito local, una gerente de un supermercado señaló que, si bien ha detectado un incremento en el precio del chocolate, los demás productos se han estabilizado, una tendencia que no se había observado desde la época de la pandemia.
No obstante, no todos comparten este optimismo. Joshua Vlasaty, un residente de Tucson, considera que la desaceleración actual no es suficiente para aliviar la presión económica que sufren los consumidores. "Se necesita un cambio más profundo, porque incluso si nuestros salarios aumentan, las empresas monopolistas seguirán inflando los precios de los productos básicos, como los alimentos", comentó Vlasaty.
La falta de un Índice de Precios al Consumidor (IPC) específico para el área de Tucson dificulta la evaluación precisa de la inflación en la región. Sin embargo, el IPC para el área de Phoenix muestra un aumento del 0.2% con respecto a la cifra nacional.
De acuerdo con el USDA, los precios en las tiendas de comestibles aumentarán un poco más del 1% anual hasta el año 2025. Vlasaty considera que este incremento marginal no representará una mejora real para los consumidores. "Nos engañan, porque el precio era tan bajo antes que incluso un aumento de 10 o 20 centavos nos hace sentir que pagamos el 80% más que el precio real", explicó. "Nos están manipulando".
Vlasaty compartió que antes podía llenar un carrito de compras con $100, pero ahora esa misma cantidad solo le permite comprar lo suficiente para llenar el asiento del pasajero de su automóvil.
La percepción de la inflación es subjetiva y varía de persona a persona. Mientras que algunos observan señales de desaceleración, otros consideran que la realidad es mucho más compleja y persistente. La pregunta sigue abierta: ¿será suficiente la disminución actual de la inflación para aliviar la presión económica en el bolsillo de los consumidores?