La historia del director de una escuela secundaria, Joe Kinney, acusado de intentar atraer a un menor a través de una aplicación de redes sociales, ha sacudido a la comunidad de Buckeye Union High School. Lo que parecía una institución educativa segura, de repente se vio envuelta en un escándalo que ha dejado a muchos conmocionados.
El caso se desató cuando Kinney entabló conversaciones inapropiadas con un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por una niña de 12 años. Las conversaciones incluían el intercambio de fotos, lo que desató las alarmas de las autoridades. La investigación llevó al FBI a rastrear los mensajes hasta Kinney, quien fue detenido durante una parada de tráfico y se le confiscó su teléfono.
Aunque Kinney admitió haber interactuado en línea con personas que decían ser menores, se defendió argumentando que creía que se trataba de una fantasía y que nunca tuvo la intención de llevar a cabo ningún acto con ellos. Sin embargo, la ley es clara: el intento de atraer a un menor para fines sexuales es un delito grave.
El Distrito Escolar de Buckeye Union, en un intento por proteger a la comunidad educativa, ha suspendido a Kinney de su puesto mientras se lleva a cabo la investigación. La Sra. Kristin Koke se ha hecho cargo de la dirección de la escuela de forma interina. El distrito ha optado por no divulgar más detalles sobre el caso, alegando la confidencialidad del asunto y enfocándose en garantizar que los estudiantes reciban una educación continua.
Este caso, que se encuentra en proceso legal, pone de manifiesto la importancia de la seguridad en línea y la necesidad de educar a los menores sobre los peligros que acechan en el mundo digital.