En Arizona, una batalla legal ha puesto en la mira la constitucionalidad de una ley que prohíbe a las chicas trans competir en deportes consistentes con su identidad de género.
Dos chicas trans, valiéndose de la protección legal, desafiaron la ley de 2022 que las obligaba a competir en deportes masculinos. El argumento principal es que la ley, en su intento de asegurar la equidad deportiva, va demasiado lejos. Un tribunal de apelaciones de tres jueces coincidió, argumentando que la ley es demasiado amplia y no se limita a casos específicos que pudieran representar una desventaja competitiva.
El tribunal se basó en la evidencia científica que demuestra que antes de la pubertad no existen diferencias significativas en el rendimiento deportivo entre niños y niñas. Además, los jueces señalaron que las chicas trans que reciben medicamentos bloqueadores de la pubertad no tienen una ventaja atlética sobre otras chicas.
El fallo del tribunal, aunque unánime, no significa que la polémica sobre la inclusión de atletas transgénero en deportes femeninos esté resuelta. Es un tema complejo que implica cuestiones de equidad, inclusión y derechos humanos que seguramente continuarán dando lugar a debates.