El incidente ocurrió al noroeste de Arivaca, Arizona, donde el menor logró llamar al número de emergencias 911 para solicitar ayuda.
El joven, que se encontraba ilegalmente en Estados Unidos, informó a las autoridades que había sido dejado atrás por el grupo con el que viajaba. En el momento del rescate, el menor estaba perdido y tenía escasos recursos, con muy poca agua y alimentos.
Tras recibir la llamada, los agentes federales pudieron determinar la ubicación del adolescente. Utilizando esta información, llevaron a cabo una operación de rescate para garantizar su seguridad y bienestar.
Este caso destaca los peligros que enfrentan los migrantes en su intento de cruzar la frontera y la importancia de los servicios de emergencia para atender situaciones críticas en áreas remotas.