Mientras jugaba, Allie sintió un dolor repentino en el tobillo y, aunque inicialmente pensó que se había torcido, la situación empeoró rápidamente. Al llegar a casa, la hinchazón y las náuseas se apoderaron de ella.
La familia llevó a Allie a dos salas de emergencias. La primera la diagnosticó con un esguince y la envió a casa. La segunda, sin encontrar una causa clara para sus síntomas, la dio de alta. La falta de marcas de mordedura en su cuerpo complicó el diagnóstico.
La situación se agravó al día siguiente, lo que obligó a la familia a trasladar a Allie al Phoenix Children's Hospital. Allí, los médicos, a través de pruebas y análisis, descubrieron que Allie había sido mordida por una serpiente de cascabel. Se le administraron más de 40 viales de antiveneno, una intervención que salvó su pierna.
La mordedura de serpiente, una experiencia traumática para la familia, dejó a Allie con hinchazón severa. Para combatirla, tuvo que someterse a dos cirugías. Su madre, abrumada por la situación, describió este periodo como uno de los más difíciles que ha enfrentado.
A pesar de la gravedad de la situación, Allie se está recuperando. Se espera que una tercera cirugía y un extenso tratamiento de terapia física le permitan regresar a sus actividades favoritas, como el jiu-jitsu y las caminatas con su padre. La familia, llena de esperanza, se aferra a la idea de que Allie volverá a la vida normal.