Detalles que, unidos, componen un cuadro desolador, una historia que nos interpela. El pasado 5 de enero, alrededor de las 8:30 PM, cerca de la intersección de la 99th Avenue y Indian School Road, en el complejo de apartamentos Avilla Gateway, la policía respondió a una llamada de emergencia. El reporte: una discusión seguida de disparos dentro de un apartamento. Al llegar, encontraron una escena desgarradora: Andrew y Ashlee Corona, sin vida. Un pequeño, Maverick, su hijo de tres años, herido de bala, afortunadamente con pronóstico de recuperación.
Las autoridades determinaron que Andrew Corona disparó contra su esposa, Ashlee, y su hijo, para luego quitarse la vida. El suceso, calificado como un asesinato-suicidio, ha dejado a una familia devastada. La hermana de Ashlee, Rudy López Jr., comparte con una profunda tristeza, la irreparable pérdida.
"Su risa, su sonrisa, toda su energía...", recuerda Rudy, describiendo a su hermana, una mujer llena de vitalidad y carisma. Ashlee y sus tres hermanos, conocidos como "L-4", compartían una pasión por la música y las presentaciones. "Nos reuníamos, poníamos música de New Edition, o quien fuera, y tocábamos juntos", recuerda con nostalgia.
Ashlee era el pilar de su familia, siempre dispuesta a protegerlos. "Ella ponía a su familia primero... siempre quería asegurarse de que estuviéramos bien," afirma Rudy, revelando la fortaleza interior de Ashlee que a menudo ocultaba sus propias luchas. Su amor por Maverick, "Baby Mavy" para la familia, era incondicional. "Él es honestamente la viva imagen de ella, en todo...", dice Rudy con la voz entrecortada.
Ahora, Maverick se recupera en el hospital, un niño que pasa de la alegría familiar a una realidad abrumadora. Su familia se prepara para acogerlo, para brindarle el amor y el apoyo necesarios en esta nueva etapa de su vida. La familia espera tenerlo en casa en una semana. Rudy López Jr. busca transformar este dolor en una lucha contra la violencia doméstica y la violencia armada. "A estas alturas, el riesgo es demasiado alto... No le deseo esto a nadie," expresa con firmeza.
La familia ha abierto canales de apoyo para quienes quieran ayudar en esta difícil situación. La tragedia de Ashlee y Andrew sirve como un sombrío recordatorio de la importancia de la salud mental y la prevención de la violencia.