Incendio en iglesias de Douglas: 36 años de prisión para el culpable
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Leonora LagardaPero la tranquilidad de este pintoresco pueblo fronterizo se vio sacudida el 22 de mayo de 2023. Ese día, dos templos históricos, pilares fundamentales de la comunidad, sufrieron un ataque devastador: fueron incendiados. La investigación, llevada a cabo por las autoridades, apuntó a Eric Ridenour, de 58 años, como el principal sospechoso. El 7 de enero de este año, tras un juicio que conmocionó a la región, Ridenour fue declarado culpable de incendio provocado y delitos de odio. La sentencia, anunciada por la Fiscalía de los Estados Unidos, lo condena a pasar más de 36 años en prisión.
Las iglesias afectadas, la Iglesia Episcopal de San Esteban y la Primera Iglesia Presbiteriana, se encuentran en un distrito histórico, en una ubicación singular: se cree que es la única intersección en todo el país con iglesias de cuatro denominaciones diferentes: Bautista del Sur, Presbiteriana, Episcopal y Metodista. Un patrimonio cultural irremplazable, dañado por un acto de intolerancia.
El Fiscal Federal Gary Restaino, en sus declaraciones, explicó la gravedad del caso: "Este es un caso sobre dos incendios provocados separados y las motivaciones detrás de cada uno. El acusado quemó una iglesia porque no estaba de acuerdo con su posición de que las mujeres y las personas LGBTQ pueden servir como ministros, y luego quemó una segunda iglesia, en la misma plaza histórica, por la misma razón. La destrucción de instituciones religiosas es aborrecible para nuestra Constitución."
El impacto de este suceso trasciende lo material; afecta profundamente el tejido social de Douglas. La comunidad, aun conmocionada, se enfrenta ahora al reto de la reconstrucción, no solo de los edificios, sino también de la confianza y la armonía que siempre los caracterizó.
La ubicación geográfica de las iglesias, en el corazón histórico de Douglas, remarca la magnitud del daño cultural y la importancia de la reparación para la identidad local. El proceso judicial, aunque concluido, deja tras de sí un eco profundo de reflexión sobre la intolerancia y la preservación del patrimonio cultural.
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