Alerta en Yuma, Arizona: más de mil estudiantes en riesgo por cárteles al cruzar la frontera

David Lara, miembro de la junta escolar del Distrito Escolar Secundario de Yuma Union, ha dado la voz de alarma. No se trata solo del flujo cotidiano, sino de la creciente vulnerabilidad de los cientos de estudiantes que cruzan la frontera a diario para asistir a clases en Estados Unidos. Lara estima que son más de mil estudiantes los que realizan este trayecto, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes con domicilio en el país, lo que les da derecho a la educación en Arizona. El problema, según Lara, radica en el riesgo de explotación por parte de los cárteles del narcotráfico.
El punto neurálgico es el cruce fronterizo de San Luis, uno de los más activos en la zona. “Es un tema que va y viene”, explica Lara, “pero con el endurecimiento de la seguridad fronteriza, tememos que los cárteles intensifiquen sus esfuerzos utilizando las vías más débiles: los puertos de entrada.” Y precisamente ahí se encuentra la población estudiantil, altamente vulnerable.
El caso de una niña de 14 años arrestada en noviembre por la policía de San Luis con fentanilo en su mochila, ilustra la problemática. La joven, estudiante de preparatoria con domicilio en México, representa un ejemplo de la realidad que preocupa a María Salazar, madre de dos niños que asisten a la escuela en San Luis. “Hay mucha inseguridad; mis amigos con hijos mayores en la preparatoria me lo comentan. Me preocupa mucho, aunque mis hijos son pequeños, escuchamos muchos incidentes relacionados con drogas”, afirma Salazar.
Lara propone medidas concretas para mitigar el riesgo: la presencia de un oficial de policía en el punto de entrada para prevenir el cruce de menores sin acompañamiento. Esta medida, reconoce, requeriría la colaboración del Ayuntamiento de San Luis, colaboración que hasta el momento no se ha logrado. El problema, enfatiza Lara, no es solo la presencia de adolescentes, sino también de niños de 5 años cruzando sin supervisión adulta, convirtiéndose en blancos fáciles para el tráfico de drogas.
La situación, lejos de ser un caso aislado, pone de manifiesto la complejidad del problema y la necesidad de una respuesta coordinada entre autoridades educativas, policiales y municipales para proteger la integridad de estos jóvenes estudiantes que diariamente enfrentan un camino de alto riesgo.