Según documentos judiciales obtenidos por AZFamily, Donna Leeann Harris, de 27 años, no solo habría utilizado sus privilegios como exguardia del Centro Correccional La Palma para introducir drogas y celulares, sino que organizó encuentros sexuales remunerados bajo las órdenes de un recluso identificado como Yahrusalem Burkes.
El modus operandi quedó al descubierto tras analizar comunicaciones en plataformas como Securus, Facebook e Instagram. Entre los hallazgos clave:
- Burkes manejaba desde prisión una red de prostitución donde Harris reclutaba clientes mediante redes sociales
- Los precios oscilaban entre $80 y $2,000 por servicio, con transferencias documentadas a cuentas vinculadas al recluso
- La expolicía grababa sus encuentros íntimos y los compartía con Burkes a través de Messenger
Pero el escándalo no termina ahí.
"Los mensajes muestran conversaciones explícitas sobre venta de drogas y estrategias para burlar la seguridad penitenciaria", reveló un informe del Sheriff del Condado Maricopa. Harris incluso habría tenido relaciones sexuales con Burkes dentro de la prisión, según dos videos que presuntamente grabó como trofeo.
La investigación detalla cómo la red se extendió más allá de Phoenix, con citas programadas en Las Vegas. Todo se derrumbó cuando Burkes comenzó a exigir pagos más altos, llevando a Harris a solicitar asistencia económica gubernamental, lo que activó alertas en el Departamento de Seguridad Económica.
Actualmente, Harris enfrenta cargos por:
- Introducir artículos prohibidos a prisión
- Conducta sexual ilícita con un recluso
- Lavado de dinero
- Operación criminal organizada
Su fianza fue fijada en $75,000 en efectivo, mientras las autoridades continúan investigando posibles cómplices dentro del sistema penitenciario. El caso ha reabierto el debate sobre los protocolos de supervisión a empleados en centros de readaptación social.
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