Nicole Kidman rompe tabúes sobre intimidad en el cine tras su divorcio

Pero esta vez, sus declaraciones llegan en un momento particularmente revelador: apenas una semana después de que se confirmara su divorcio de Keith Urban, su esposo durante 19 años.
En una entrevista exclusiva con Vogue, Kidman habló sin tapujos sobre cómo ha abordado roles que muchos considerarían "provocativos", desde Eyes Wide Shut hasta su más reciente película, Babygirl. "La intimidad en pantalla sigue siendo un tabú, pero no debería serlo", afirmó la actriz, dejando claro que su enfoque siempre ha sido artístico, no sensacionalista.
Lo que más sorprende es su sinceridad al admitir que ni ella misma sabe por qué elige ciertos papeles: "¿No es raro que no sepa por qué?". Una reflexión que contrasta con la imagen pulcra que muchos tienen de la estrella australiana. Pero Kidman siempre ha sido más que eso: una artista dispuesta a arriesgarse, incluso cuando el guión la lleva a territorios incómodos.
Mientras atraviesa su divorcio, Kidman parece encontrar refugio en su trabajo. "Alguien tendría que atarme para impedirme actuar", confesó, dejando claro que ni el escrutinio público ni los cambios en su vida personal la alejarán de lo que más ama. Su filosofía es clara: "Arriesgarme es lo que siempre he hecho".
Detrás de la imagen de estrella glamorosa, hay una mujer que usa el cine para explorar sus propias contradicciones. Como ella misma lo dijo: "Hay un espacio para que algo explote, implosione, se procese". Y en ese espacio, Kidman sigue reinventándose, sin pedir permiso.