Condenan a 663 años a depredador sexual que aterrorizó a menores en Arizona

Según documentos judiciales, el caso comenzó a desentrañarse en 2019, cuando las autoridades recibieron denuncias escalofriantes. "Era un depredador meticuloso que usaba redes sociales como carnada", declaró un detective durante el juicio. Las víctimas, dos niñas de 13 años, fueron contactadas a través de Instagram bajo engaños.

Gordon Golding, de 59 años, operaba con un modus operandi siniestro:

• Ganaba la confianza de las menores fingiendo interés en sus problemas
• Las invitaba a reuniones privadas bajo pretextos inocentes
• Les suministraba sustancias para incapacitarlas
• Documentaba los abusos con grabaciones que luego usaría como material de extorsión

Lo que Golding no calculó fue la determinación de las familias afectadas. Un padre testificó que su hija vivió pesadillas recurrentes tras ser violada en múltiples ocasiones. Las pruebas incluyeron:

• Testimonios forenses sobre las drogas encontradas en los sistemas de las víctimas
• Videos incautados en dispositivos ocultos
• Rastreo de mensajes y ubicaciones que confirmaban los encuentros

El depredador sexual, quien trabajaba en el centro deportivo del Paradise Valley Community College, intentó escapar a California tras ser acusado. Los alguaciles federales lo capturaron dos años después en Lake Tahoe, donde vivía bajo identidad falsa.

El jurado no tuvo piedad: 663 años de prisión, una sentencia acumulativa por cada uno de los más de 40 cargos comprobados. Cada año representa una cicatriz en las víctimas, según mencionó la fiscalía durante la lectura del veredicto. Con apenas cuatro años descontados por tiempo en prisión preventiva, Golding murió legalmente mucho antes de que su cuerpo alcance la vejez.

Detrás de los números fríos de la condena, quedan dos adolescentes que enfrentan un largo camino hacia la recuperación. Organizaciones de protección a menores en Phoenix ya anunciaron talleres para prevenir este tipo de crímenes digitales, mientras el caso sigue generando olas en la comunidad educativa donde el agresor operaba impunemente.

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