Sin embargo, la edad de la estación y los desafíos a los que se enfrenta han planteado preocupaciones sobre su seguridad.
Un problema particularmente preocupante es una fuga de aire que se ha estado desarrollando en el módulo de servicio ruso Zvezda, instalado en el año 2000. La fuga, inicialmente pequeña, ha ido aumentando gradualmente a lo largo de los años, alcanzando niveles alarmantes en abril de 2023.
- La fuga de aire se ha incrementado de 0.2 libras por día (0.09 kg) a 3.7 libras por día (1.68 kg), lo que ha llevado a la NASA a elevar el nivel de amenaza a cinco de cinco.
- Los astronautas han sido instruidos para permanecer en la sección estadounidense de la estación cuando el módulo de servicio ruso está abierto, para asegurar una rápida evacuación en caso de emergencia.
- La NASA ha negociado con Roscosmos, la agencia espacial rusa, para mantener la escotilla del módulo de servicio Zvezda cerrada en las noches y solo abrirla cuando sea estrictamente necesario.
Aunque la
NASA asegura que la fuga no representa una amenaza inmediata para la vida humana, la agencia espacial ha elaborado planes de contingencia para evacuar a los astronautas estadounidenses.
- La NASA ha pagado a SpaceX, la empresa de Elon Musk, $266,000 (£205,000) para desarrollar un plan de evacuación en caso de que se requiera una retirada rápida.
Además de la
fuga de aire, la
NASA ha expresado su preocupación por el creciente riesgo de impactos de
micrometeoritos y
escombros espaciales.
- La agencia estima que hay 100 millones de pequeños restos orbitales que no son rastreados y podrían dañar o destruir la estación espacial.
- La NASA ha agregado escudos a las secciones estadounidenses de la estación para proteger contra escombros de hasta 3 cm, pero advierte que no hay planes para proteger contra escombros más grandes.
El problema de la
fuga de aire, combinado con el riesgo de impactos de
escombros espaciales, plantea desafíos importantes para la seguridad de la estación espacial. La
NASA está trabajando en colaboración con
Roscosmos para monitorizar la situación y buscar soluciones, pero la seguridad a largo plazo de la
ISS sigue siendo incierta.
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