Según los datos de descargas recopilados por Data.ai en las tiendas de apps de Apple y Android, las descargas de Bluesky explotaron en EE UU, Canadá y el Reino Unido después de la victoria de Trump. En el Reino Unido, la app pasó de estar por debajo del puesto 500 en octubre a ser la número 1 el día 14. En España, Bluesky alcanzó el top 3 en las descargas de apps, mientras que la app de X había desaparecido del top 100 de descargas en este país.
Uno de los argumentos más repetidos para defender Bluesky es que parece lo que era Twitter en 2011. Sin embargo, este argumento tiene varios agujeros: ni el mundo es el de 2011, ni el resto de redes lo son; ni tampoco los usuarios de Twitter 2011 tienen la misma edad ahora. "Es el mismo servicio, pero con cosas muy distintas", dice Ignacio Castro, profesor de la Queen Mary University de Londres y coautor del que es quizá el primer artículo científico sobre Bluesky.
Bluesky tiene también su presidenta ejecutiva, Jay Graber, y un pequeño grupo de 20 empleados. Sin embargo, a diferencia de X, los usuarios tienen más capacidad para adaptar el contenido a sus necesidades o gustos, sin depender de lo que en ese momento prefiera el dueño de la empresa. "Si en Bluesky quieres hacer un sistema de moderación, puedes hacerlo. En X puedes silenciar palabras de forma individual, pero en Bluesky puedes crear o suscribirte a un filtrado de posts donde aparezcan o desaparezcan iglesias, porno o gore", dice Castro.
La red también permite verificarse con el nombre de un grupo u organización, en lugar del bsky.social que se añade por defecto al nombre de usuario elegido. Ahora es residual, apenas hay un 1,1% de usuarios con su grupo en el nombre. El más numeroso hoy parece ser el de seguidores de Taylor Swift, con unos 13.000: swifties.social.
Bluesky no se convertirá en breve en el lugar vibrante, variado e incluso divertido que ha sido Twitter y X. Está por ver si más famosos u organizaciones se mudan y qué tipo de interacciones se crean. También se verá si llegan más usuarios que los despechados de Elon Musk, sobre todo más jóvenes. Pero es también probable que Bluesky cree unas dinámicas nuevas que lo conviertan en algo que Twitter nunca fue.
Manlio de Domenico, profesor de la Universidad de Padua (Italia), es otro investigador que ha mirado si el ritmo de crecimiento de seguidores y seguidos en Bluesky es igual que en X. "Imagina un usuario con 1.000 seguidores en Bluesky y en X. ¿Cuántas personas se espera que ese usuario siga? En Bluesky, el resultado sería alrededor de 190, mientras que en X sería 83. ¿Y con un millón de seguidores? En Bluesky serían 36.300, mientras que en Twitter serían alrededor de 7.000", explica.
Es evidente que eso ocurre hoy y es difícil saber si se mantendrá con el doble o el triple de usuarios, pero De Domenico cree que es probable: "Lo que importa es la naturaleza de la distribución. La diferencia que vemos probablemente no desaparecerá pronto, ni siquiera cuando se estabilice, a menos que la plataforma cambie sus reglas", dice.