Según un estudio liderado por expertos del University College de Londres (UCL), la pérdida de volumen cerebral observada en los ensayos clínicos de los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer podría ser un signo de que los tratamientos están funcionando correctamente, en lugar de ser un efecto secundario perjudicial. El estudio sugiere que la pérdida de volumen cerebral se debe a la eliminación de placas amiloides tóxicas, que son una característica clave de la enfermedad de Alzheimer.
El equipo de investigación analizó datos de una docena de ensayos clínicos diferentes y encontró que la pérdida de volumen cerebral solo se observó en pacientes que recibieron medicamentos que eliminaron con éxito las placas amiloides. "La cantidad de pérdida de volumen cerebral se correlacionó con la eficacia del medicamento y no pareció estar relacionada con una peor función cognitiva y de pensamiento", dijeron los investigadores.
El profesor Nick Fox, director del Centro de Investigación sobre la Demencia del UCL, afirmó: "La inmunoterapia con amiloide ha mostrado consistentemente un aumento en la pérdida de volumen cerebral, lo que ha generado preocupación en la prensa y la literatura médica de que estos medicamentos podrían estar causando toxicidad no reconocida en los cerebros de los pacientes tratados". Sin embargo, según el estudio, la pérdida de volumen cerebral podría ser un indicador de la eficacia del tratamiento, en lugar de un efecto secundario perjudicial.
El estudio también destaca la importancia de realizar más investigaciones a largo plazo para determinar si la pérdida de volumen cerebral es un indicador de la eficacia del tratamiento o un efecto secundario perjudicial. David Thomas, jefe de política y asuntos públicos de Alzheimer's Research UK, coincidió en que se necesitan más estudios para entender mejor cómo los tratamientos afectan el cerebro.
El medicamento Lecanemab es el primer tratamiento probado para retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Los ensayos clínicos mostraron que podría retrasar la declinación cognitiva en aproximadamente cinco meses. Sin embargo, el medicamento fue rechazado para su uso en el NHS en agosto, lo que decepcionó a miles de personas que enfrentan el dolor de la demencia.
El estudio fue publicado en la revista Lancet Neurology y destaca la importancia de la investigación continua para entender mejor cómo funcionan los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer.