GREENBURGH, NY
Más cerca del final de su carrera que del comienzo, Pablo Prigioni reacciona con un aire de indiferencia cuando le dicen que es el debutante más veterano en la NBA de las últimas cuatro décadas.
El base argentino de 35 años prefiere ser racional frente al desafío de jugar en la liga que representa el cenit del básquetbol profesional, con un club histórico como los Knicks que tiene como hogar el mítico Madison Square Garden de Nueva York.
“No le presto mucha atención a eso. Yo lo tomo como que si fuera una temporada más para mí, en otro equipo”, dijo Prigioni en una reciente entrevista con The Associated Press en el complejo de entrenamientos de los Knicks en un suburbio de Nueva York.
“Es cierto que es un país nuevo y eso tiene otra dimensión, pero no me detengo mucho a pensar: ‘¡uy, vengo y soy el más ‘rookie’ más viejo!’. De veras, no le presto mucha atención”, añadió.
Prigioni se prepara pensando como si estuviera por empezar otra temporada en España, a cuya liga llegó en 1999 y en donde se convirtió en uno de los jugadores más carismáticos debido a su carácter temperamental.