LOS ÁNGELES, Cal
Los aires soplan de cara para Steve Blake, que desde que se recuperó de la lesión que le tuvo apartado durante el primer tramo de la temporada, se ha encontrado con su mejor versión, algo que beneficia a los Lakers de Los Angeles.
El armador se perdió los primeros 37 encuentros por una lesión en el abdomen y todo apuntaba a otra temporada de siniestro total para un jugador aquejado por las molestias en los últimos tres años. No han sido años fáciles para Blake, que nunca pudo desarrollar su juego a la perfección, algo que parece que haber cambiado en el sistema de Mike D’Antoni.
Su velocidad y capacidad de improvisación combinados con una defensa férrea le dan alegrías cuando sale desde la banca. El encuentro ante los Timberwolves de Minnesotadel jueves fue la prueba de que cuando Blake sonríe, los Lakers también lo hacen. Contribuyó sobremanera al buen papel que realizó la limitada banca del equipo (limitada en cuanto al número de efectivos). Anotó 13 puntos, seis asistencias y siete rebotes en otra muestra de confianza y una capacidad de suplir a Steve Nash con credenciales, tarea harto complicada.
Ya lo confesó D’Antoni hace unas semanas, “estuve años queriendo llevarme a Blake a los equipos que entrené”. Por fin lo tiene y los resultados no han tardado en llegar.
“Me siento bien. Creo que mis compañeros me están ayudando a sentirme así, y también los coaches. Por eso estoy entusiasmado con cómo están saliendo las cosas ahora”, confesó el armador, que junto a Antawn Jamison ha logrado que la segunda unidad no pase desapercibida.