Francois Coty, Fran
El portero mexicano tuvo una buena actuación en los 90 minutos que disputó
Se combinaron los aciertos de Guillermo Ochoa en la defensa, el último toque en la ofensiva y un desacierto arbitral para que el Ajaccio regresara a la senda de la victoria, tras superar 1-0 al Lorient, en un partido complicado de la Liga 1 de Francia.
El Ajaccio sumaba tres encuentros sin triunfo y este sábado llegó, luego de un gran desempeño del portero mexicano Memo Ochoa, quien en 90 minutos mostró su capacidad en varias jugadas clave en el primer tiempo y otras tantas en el segundo, por aire y por abajo.
Su actitud le dio confianza a sus compañeros para seguir insistiendo y al minuto 75 conseguir la anotación del triunfo por parte del defensa Zubar, quien después de la media cancha se fue al ataque y disparó un derechazo largo y potente que fue desviado en su trayectoria por un rival para que se anidara en la portería del Lorient.
En los primeros 15 minutos, Ochoa fue apremiado por los atacantes del equipo visitante, aunque en un destello el Ajaccio pisó el área rival y pudo haber rescatado un penalti a favor en una jugada en la que un defensa fue por el balón con la mano extendida. Ni el árbitro ni el mismo jugador local se percataron y siguió el juego. El Ajaccio tuvo otros dos acercamientos peligrosos que no tuvieron buen fin. Lo mejor del juego llegó en la parte complementaria. Ochoa se vio otra vez exigido. Al 52 le mandaron un centro cerrado que sacó muy bien a mano cambiada. Casi enseguida atrapó un disparo raso.
Tras su intervención, Samaritano tuvo dos oportunidades inmejorables para anotar, ya que en ambas se precipitó disparándole al cuerpo al portero visitante.
Pero Zubar no desaprovechó su oportunidad al 75’, aunque su disparo finalmente haya sido desviado por un contrario. El balón llevaba sello de gol, pero el efecto que le dio la desviada lo confirmó. El Lorient apretó en los últimos minutos en busca del tanto del empate, pero lo hizo con precipitación. Al minuto 84 tuvo la iguala, de no haber sido porque un defensa del Ajaccio metió ambas manos paras evitar que el remate con la cabeza del Lorient se metiera pegada a un poste.