RECIFE, Bra
Uruguay y España debutan este día en la segunda jornada.
La garra charrúa contra el tiki taka. La pierna dura ante el pase y la precisión. Dicen que los estilos hacen los partidos, y es difícil encontrar dos selecciones con filosofías más contrastantes que España y Uruguay, rivales el domingo en la primera fecha de la Copa Confederaciones.
Bien sabido es que los campeones mundiales y europeos priman la posesión del balón, el juego fluido, los pases laterales y, ante todo, la paciencia a la hora de atacar. No hay defensa que aguante el martilleo español, o al menos así lo cree la Roja, que en vez de enfilar al arco rival como río descontrolado, lo hace gota a gota, hasta que encuentra la grieta en el dique y desborda al rival.
Uruguay no ha cambiado mucho su estilo de juego en el más de medio siglo que pasó desde su último título mundial. Y a gran honra. Aunque cuenta con futbolistas de pie fino y letales en el área, especialmente su dupla de ataque de Luis Suárez y Edinson Cavani, la Celeste apuesta a la presión agobiante en el medio campo, la recuperación del balón y el contragolpe.
“Cuando enfrentas a un equipo que sabes que es superior, ese saber que es superior te tiene que ayudar a multiplicarte y a tener rebeldía para querer ganarle, y no aceptar la derrota de antemano”, señaló el capitán de Uruguay, Diego Lugano.
El zaguero del Paris Saint-Germain, que jugó a préstamo en el Málaga la temporada pasada, describió la diferencia en esencia entre el fútbol español, especialmente de la última década, y el de Uruguay.