Harris, quien corrió para 106 yardas y un touchdown, demostró su capacidad para mover las cadenas y abrir espacio para la ofensiva aérea.
Su desempeño, sin embargo, no pasó desapercibido para los críticos. La baja media de yardas por acarreo de Harris (3.9) ha sido un tema de conversación, pero el corredor se mantiene firme en su confianza. "Sé lo que puedo hacer. Realmente no me importa lo que la gente diga o piense... Sé que realmente puedo lograrlo cuando creo en mí mismo", comentó Harris.
Su determinación se vio reflejada en la forma en que enfrentó los retos en el campo. En el tercer cuarto, Harris empujó al esquinero de los Raiders, Jack Jones, al césped, y en la primera mitad, arrastró a varios jugadores de Las Vegas. "Hay una parte sucia de cada trabajo", dijo Harris, aceptando la naturaleza física de su posición.
El éxito de los Steelers se basa en el equilibrio entre su ofensiva terrestre y aérea. La actuación de Harris es crucial para que la ofensiva aérea de Pittsburgh encuentre su ritmo. Con T.J. Watt, quien forzó un par de balones sueltos a pesar de no conseguir ninguna captura, la defensa de los Steelers continúa siendo un pilar de fortaleza.
La siguiente semana, los Acereros enfrentarán a los Jets de Nueva York en un partido que promete ser un encuentro reñido. Con Aaron Rodgers liderando la ofensiva de los Jets, los Steelers deberán estar preparados para un desafío considerable.