La presión sobre los hombros de los jugadores era palpable, y la sombra de la derrota se cernía sobre cada uno de ellos.
El fantasma de la derrota parecía perseguir a Aaron Judge, quien en la serie ha bateado para un anémico .083, con solo un hit en 12 turnos al bate y siete ponches. "No estoy aportando nada bueno al equipo, reconoció el poderoso toletero. "Tengo que responder, tomar mis boletos cuando pueda y empujar la pelota si tengo algo para batear".
El desespero se palpaba en el aire. Los Yankees han perdido siete juegos consecutivos ante los Dodgers en la Serie Mundial, desde que ganaron los primeros dos juegos de la serie de 1981 en casa. "Ojalá podamos ser los protagonistas de una increíble historia y asombrar al mundo, pero hay que ganar uno primero", dijo Aaron Boone, el mánager de los Yankees. "Se trata de intentar obtener una ventaja, intentar ganar un juego y forzar otro, y luego seguir desde ahí. Pero primero tenemos que ganar uno".