Su euforia, lejos de ser un simple grito de apoyo, se transformó en una acción que puso en riesgo la seguridad de un jugador.
El incidente, que se ha viralizado en redes sociales, involucraba al jardinero de los Dodgers, Mookie Betts. Los dos aficionados, en su afán por celebrar un posible out, arrancaron la pelota del guante de Betts de manera abrupta, desatando una oleada de reproches y críticas. "Anoche dos aficionados fueron expulsados del Yankee Stadium por su indignante e inaceptable contacto físico con el jardinero de los Dodgers Mookie Betts", decía el comunicado conjunto de la MLB y los Yankees. La liga y el equipo, en un comunicado conjunto, condenaron la acción, enfatizando que la seguridad de los jugadores, aficionados y personal del estadio es primordial. "El Yankee Stadium es reconocido por su energía e intensidad; sin embargo, el exuberante apoyo a su equipo nunca debe cruzar la línea y poner en peligro intencionalmente la seguridad de los jugadores".
A raíz del incidente, se tomó la decisión de vetar a los dos aficionados para el quinto juego de la Serie Mundial. Esta medida, aunque polémica, es un recordatorio de que la pasión por el deporte debe estar siempre dentro de un marco de respeto y seguridad.