La polémica se desató cuando Verstappen, en su afán por ganar, obligó a Lando Norris a salirse de la pista, una acción que le costó la primera penalización. Poco después, en un intento por recuperar la posición, volvió a salir de la pista, lo que le valió una segunda penalización. A pesar de las críticas recibidas, Verstappen no se arrepiente de sus acciones. "Es mi décimo año en la F1. Sé lo que estoy haciendo", declaró el piloto de Red Bull en la conferencia de prensa previa al Gran Premio de Brasil. "Me gusta ganar. No me gusta perder. Creo que no a mucha gente le gusta perder. Solo traté de maximizar el resultado, y como dije, algunos se ganan, otros se pierden".
Sin embargo, la comunidad de la F1 no comparte la visión de Verstappen. Damon Hill, campeón mundial de 1996, calificó las maniobras del neerlandés como "demasiado agresivas". Norris, por su parte, aunque reconoce el talento de Verstappen, asegura que "en el fondo" sabe que cometió errores en México.
El propio Verstappen, consciente de la creciente presión, parece no estar de acuerdo con el excesivo reglamento de la F1. "El libro de reglas se hace más y más grande cada año", comentó el tres veces campeón. "No creo que ese sea siempre el camino correcto a seguir".
Con cuatro carreras y dos carreras al sprint restantes, la batalla por el campeonato de pilotos se intensifica. Verstappen lidera con 362 puntos, seguido por Norris con 315 y Charles Leclerc con 291. La F1 está en la mira, y la pregunta que todos se hacen es: ¿Se mantendrá Verstappen en la cima a pesar de la polémica que lo rodea?