El colombiano, con su talento indomable, se convirtió en el alma de la victoria épica de Liverpool ante el Bayer Leverkusen por un contundente 4-0.
La primera mitad, a pesar del dominio local, no vio la explosión de la fiesta. Se mantuvo como un fuego lento, con el Leverkusen resistiendo a la presión de los Reds. Sin embargo, el segundo tiempo fue una sinfonía de futbol, con el colombiano como director de orquesta. A los 61 minutos, con la precisión de un cirujano, Díaz elevó el balón por encima de Hradecky, abriendo el marcador y desencadenando un torbellino de emociones.
La alegría de la afición era palpable. El estadio se convirtió en un mar rojo, coreando el nombre de Díaz a todo pulmón. Poco después, Cody Gakpo sumó otro tanto, pero la atención estaba puesta en el colombiano. A los 83 minutos, Díaz volvió a lucir su magia, anotando su segundo tanto y sellando su dominio. El triplete llegó en el segundo minuto del tiempo añadido, un remate que solo un futbolista de su clase puede lograr.
Con este resultado, Liverpool se afianzó en la cima del Grupo B, consolidándose como un equipo a temer en la Champions League. La estrella colombiana se llevó los aplausos, no solo por su desempeño brillante, sino por su entrega y pasión, que contagian a todos los que lo ven jugar. El Anfield fue testigo de una noche inolvidable, donde Luis Díaz se erigió como el rey del espectáculo.