John Mozeliak, gerente general de los Cardenales de San Luis, uno de los equipos más consistentes en las últimas décadas, reconoció la preocupación por su futuro financiero. "Siempre hemos rendido más de lo esperado", dijo Mozeliak, "pero ahora estamos entendiendo que vamos a ser afectados por nuestro paquete de medios y la venta de entradas, así que nuestra realidad está cambiando".
Esta incertidumbre se extiende a otros equipos. MLB ha asumido la producción y distribución de transmisiones locales para equipos como los Guardianes de Cleveland, Cerveceros de Milwaukee y Mellizos de Minnesota debido a la situación de Diamond Sports Group, que se encuentra en proceso de bancarrota.
Aunque el comisionado Rob Manfred se mantiene optimista sobre las perspectivas financieras a largo plazo, reconoce que la transición será difícil. Mike Hazen, gerente general de los Diamondbacks de Arizona, destacó que un presupuesto más bajo no es excusa para un rendimiento deficiente. Arizona llegó a la Serie Mundial en 2023 a pesar de haber tenido el 21º puesto en la liga en gastos y ha demostrado que es posible competir con un presupuesto más limitado.
Sin embargo, la realidad es que los equipos con presupuestos más grandes como los Mets, Yankees y Dodgers dominan el panorama. Los Mets gastaron $332 millones de dólares la temporada pasada, los Yankees $311 millones y los Dodgers $266 millones.
A diferencia de otras ligas como la NFL, NBA y NHL, el béisbol no tiene un tope salarial. Los Guardianes, con una nómina de $109 millones, demostraron que es posible avanzar en los playoffs con un presupuesto modesto, pero la tarea se complica cada vez más.
El debate sobre la incertidumbre de la red deportiva regional se extiende incluso a figuras como Scott Boras, superagente de béisbol, quien considera que la situación no afectará al mercado de agentes libres este invierno. Boras cree que los equipos están explorando nuevas opciones de transmisión, como construir sus propias plataformas.
El futuro del béisbol se encuentra en un punto de inflexión. La paridad ha llegado, pero la desigualdad financiera amenaza con crear un desequilibrio que podría impactar la competitividad del deporte.