El líder del equipo sufrió un desgarro en el músculo isquiotibial durante la derrota contra los Falcons en la semana pasada, dejando a los fanáticos con la incertidumbre sobre su regreso al campo.
Jerry Jones, dueño del equipo, confirmó que el diagnóstico de Prescott es un desgarro parcial del músculo isquiotibial, una condición que se conoce como avulsión parcial. La lesión ocurrió cuando el quarterback intentó evitar una fuerte embestida por parte de la defensa de Atlanta.
La preocupación principal es la posibilidad de una cirugía, un procedimiento que podría dejar a Prescott fuera de acción por un tiempo considerable. Sin embargo, el quarterback está decidido a evitar la intervención médica y buscar una recuperación más conservadora.
"Dak no quiere la cirugía. Él quiere estar en el campo y luchar por ello", dijo Jones. "Estamos evaluando todas las opciones, pero él está decidido a volver a jugar esta temporada."
La decisión de operar o no se tomará en las próximas semanas, pero lo que está claro es que la ausencia de Prescott es un gran problema para los Cowboys. El equipo ya se encuentra con un récord de 3-5 y necesita a su líder para mantener la esperanza de llegar a los playoffs.
El quarterback de respaldo, Cooper Rush, tendrá la responsabilidad de guiar al equipo mientras Prescott se recupera. Rush tuvo un desempeño sólido en la temporada 2021, liderando a los Cowboys a la victoria en un partido importante. Sin embargo, la presión estará sobre él para replicar su éxito y mantener a los Cowboys en la carrera por el título.
El destino de los Cowboys está en manos de Dak Prescott. La decisión que tome sobre la cirugía definirá el futuro del equipo en esta temporada. La afición de Dallas espera que su estrella recupere su salud lo antes posible y que regrese al campo para liderar a los Cowboys hacia la gloria.