A diez fechas de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial 2026, ambos equipos se encuentran en la zona de descenso y solo un punto separa al último lugar, Chile, del penúltimo, Perú. La presión es insoportable: una derrota podría significar el adiós prematuro a la posibilidad de disputar el torneo que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá.
La desazón es palpable en ambos bandos, especialmente tras las goleadas sufridas en el mes pasado: Perú cayó 4-0 ante Brasil y Chile recibió una paliza similar por parte de Colombia.
Sin embargo, Ricardo Gareca, el técnico argentino de Chile, no pierde la esperanza. "Sabemos lo que nos estamos jugando. Hay que sacar resultados", afirmó en la rueda de prensa previa al encuentro. Para intentar revertir la situación, Gareca ha decidido apostar por un viejo conocido: Arturo Vidal, el experimentado volante que vuelve a la selección tras más de un año de ausencia.
El "Rey Arturo", figura clave en la Generación Dorada que conquistó la Copa América en 2015 y 2016, regresa con la intención de liderar la remontada. Vidal podría incluso portar la banda de capitán, según las declaraciones de Gareca: "Tiene todas las posibilidades de ser capitán si es que está. De mi parte no tengo problemas".
A pesar de la llegada de Vidal, Chile no llega completo al partido. Las bajas de Darío Osorio, Erick Pulgar y Marcelo Morales, sumadas a la ausencia de Williams Alarcón, complican el panorama.
Por su parte, Perú también llega con importantes ausencias. La suspensión de Pedro Gallese, Carlos Zambrano y Bryan Reyna, además de la lesión de Renato Tapia, ponen en duda la posibilidad de un triunfo.
El futuro de ambos equipos pende de un hilo. La batalla se libra en Lima, donde el ganador tendrá un respiro, mientras que el perdedor se despedirá, casi con seguridad, del sueño mundialista.