La atmósfera era electrizante, y la presión se sentía en el aire, ya que tanto la Roja como la Vinotinto sabían que este enfrentamiento era vital para sus aspiraciones.
El primer tiempo fue un verdadero espectáculo, con un total de cinco goles en solo 26 minutos. Chile, que necesitaba urgentemente los puntos, comenzó el partido con una actitud ofensiva. Sin embargo, fue Venezuela quien sorprendió primero. A los 13 minutos, Yeferson Soteldo robó el balón y asistió a Jefferson Savarino, quien abrió el marcador con un potente disparo que dejó sin opciones al arquero chileno, Brayan Cortés.
La alegría venezolana fue efímera, ya que Eduardo Vargas, conocido como "Turboman", igualó el marcador a los 20 minutos, gracias a una asistencia de Lucas Cepeda. Sin embargo, la defensa chilena cometió un error que permitió a Rubén Ramírez poner a Venezuela nuevamente en ventaja solo dos minutos después. La tensión aumentó cuando un autogol de Tomás Rincón a los 29 minutos devolvió la esperanza a los chilenos, igualando el marcador una vez más.
Con el partido empatado, la Roja mostró su determinación. En un despliegue de habilidad, Lucas Cepeda anotó el tercer gol para Chile, llevando a su equipo a la delantera antes de que concluyera la primera mitad. La segunda parte comenzó con la misma intensidad, y Cepeda se convirtió en el héroe del encuentro al marcar el cuarto gol, consolidando la ventaja chilena.
El equipo chileno, ahora con una ventaja cómoda, controló el juego, impulsado por el regreso de Arturo Vidal, quien aportó su experiencia y liderazgo. Aunque un quinto gol de Luciano Cabral fue anulado por fuera de juego, la victoria fue un respiro para Chile, que dejó atrás el último lugar de la clasificación, ahora ocupado por Perú.
Con este resultado, Chile se posiciona en el penúltimo lugar con nueve puntos, mientras que Venezuela se encuentra en una situación complicada, cayendo al octavo puesto. La batalla por un lugar en el Mundial continúa, y ambos equipos saben que cada partido cuenta en esta emocionante carrera.