Según su testimonio, la mujer se encontró con el luchador de artes marciales mixtas Conor McGregor en el Penthouse de un hotel en Dublín. McGregor, quien había perdido una pelea en Las Vegas dos meses antes, estaba enojado y descargó su frustración sobre la mujer. "Él no es un hombre, es un cobarde", dijo el abogado de la mujer, John Gordon, a los jurados. "Un cobarde malicioso y deben tratarlo como tal."
La mujer testificó que McGregor la puso en una llave de estrangulamiento varias veces y luego le dijo: "ahora sabes cómo me sentí en el octágono donde me rendí tres veces", refiriéndose a un campeonato de lucha donde tuvo que admitir la derrota. Ella temió que iba morir y no volver a ver a su hija.
Después de una deliberación de aproximadamente seis horas, un jurado civil en Irlanda determinó que McGregor había agredido sexualmente a la mujer y le otorgó casi 250.000 euros (257.000 dólares) en compensación. McGregor negó con la cabeza mientras se emitía el veredicto y no hizo comentarios al salir del tribunal.
La defensa de McGregor argumentó que la mujer había fabricado las acusaciones después de que ambos tuvieran relaciones sexuales consensuadas. Sin embargo, el abogado de la mujer dijo que ella nunca pretendió ser una santa y que salió de fiesta buscando pasar un buen rato, pero que terminó convirtiéndose en una pesadilla.
La policía investigó la queja de la mujer, pero los fiscales decidieron no presentar cargos, diciendo que no había suficiente evidencia y que era poco probable una condena. Sin embargo, el jurado civil encontró a McGregor culpable de agresión sexual y le otorgó una compensación significativa a la víctima.