El pasado domingo, durante el emocionante encuentro entre los Lions y los Bills, el entrenador de Detroit, Dan Campbell, tomó una decisión que ha generado controversia. Con 12 minutos por jugarse y 10 puntos de desventaja, Campbell decidió arriesgarlo todo con una patada corta. El resultado: Mack Hollins de los Bills recuperó el balón en la yarda 5, anotando un touchdown en la siguiente jugada y sellando prácticamente la victoria de Buffalo por 48-42. “Pensé que conseguiríamos esa pelota,” admitió Campbell tras el partido, “Desearía no haberlo hecho”.
Pero esta decisión no fue impulsiva. La NFL, según fuentes internas, ya estaba evaluando la viabilidad de la patada corta antes de este incidente. La baja efectividad de esta jugada, que se redujo a la mitad (8.6%) desde que la liga prohibió los arranques en carrera en 2018, ha llamado la atención. De hecho, entrando en la semana 15, solo 3 de 41 patadas cortas (7.3%) habían sido recuperadas.
El ejecutivo de la NFL, Troy Vincent, señaló la semana pasada la necesidad de considerar opciones para revitalizar esta jugada, calificándola como “una jugada muerta”. La liga ya ha hecho ajustes en las reglas para fomentar las devoluciones, pero esto ha perjudicado aún más a la patada corta. La eliminación del elemento sorpresa, debido a las nuevas reglas que exigen la declaración previa de la jugada, ha sido un factor determinante en su declive.
Se han propuesto alternativas. Los Eagles, por ejemplo, sugirieron un cuarto y 20 desde la yarda 20 propia, una opción rechazada por los propietarios. La pregunta sigue en el aire: ¿Cómo se puede reavivar el interés en la patada corta sin sacrificar la seguridad de los jugadores y la equidad del juego? Quizás, la respuesta se encuentre en un nuevo enfoque estratégico, uno que permita mantener la tensión y la emoción sin recurrir a jugadas de tan bajo porcentaje de éxito.
Las nuevas reglas, implementadas para dinamizar las devoluciones, paradójicamente, han hecho de la patada corta una apuesta de altísimo riesgo. La situación destaca la constante evolución del reglamento de la NFL y la búsqueda incesante del equilibrio entre el espectáculo y la seguridad.