Los Cardenales de Arizona, que a principios de noviembre lideraban la NFC Oeste, llegaron a este crucial encuentro con una racha de cuatro derrotas en sus últimos cinco juegos. Su quarterback estrella, Kyler Murray, demostró su capacidad una vez más, con 202 yardas por aire, un touchdown y una intercepción. Pero su destacada actuación en carrera, con 63 yardas y un touchdown crucial de 20 yardas que empató el marcador en el último cuarto, no bastó para evitar lo inevitable.
Del otro lado del campo, las Panteras de Carolina, con un récord de 4-11, buscaron cambiar su mala racha. Su mariscal de campo, Bryce Young, tuvo una actuación solida con 158 yardas por pase y dos touchdowns, además de correr para 68 yardas, incluyendo un touchdown de 23 yardas, lo cual es un máximo personal en su joven carrera. Adam Thielen y David Moore contribuyeron con recepciones de touchdown, mostrando el trabajo en equipo que fue clave en la victoria.
La ofensiva terrestre de las Panteras fue un factor determinante. Chuba Hubbard, fue la figura clave con 152 yardas y dos touchdowns, incluyendo la carrera de 21 yardas que selló el triunfo en tiempo extra. “Corrió para 49 yardas en la jugada decisiva del tiempo extra”, según reportes de la prensa especializada. Mientras que para los Cardenales, James Conner se destacó con 117 yardas y un touchdown antes de abandonar el campo en el tercer cuarto debido a una lesión de rodilla.
El tiempo extra estuvo cargado de tensión. Tras una arriesgada jugada de cuarta oportunidad por parte del entrenador de los Cardenales, Jonathan Gannon, que culminó con un primer down, la defensa de las Panteras logró capturar a Murray en su propia yarda 7, forzando un despeje que sentenció la suerte del partido.
Con la victoria, las Panteras rompen una racha de cuatro derrotas. Mientras que para los Cardenales, la derrota significa el final de sus aspiraciones de playoffs en esta temporada. Su próximo juego es contra los Carneros de Los Ángeles, mientras que las Panteras se enfrentarán a los Buccaneers de Tampa Bay.
Un detalle que no pasó desapercibido fue la ventaja de 20-3 que construyeron las Panteras al anotar touchdowns en sus tres primeras posesiones, gracias a una serie de errores cometidos por el equipo de Arizona. Este partido quedará en la memoria como un ejemplo de resiliencia para un equipo y un golpe contundente para el otro.