El ambiente en Santa Clara, California, no fue la excepción.
La derrota de los 49ers ante los Dolphins por un marcador de 29-17, dejó a la franquicia en un lugar poco habitual: fuera de la contienda por el Super Bowl. Este resultado, que marcó la séptima ocasión en la temporada donde la ofensiva de San Francisco no superó los 20 puntos, es un reflejo de una campaña llena de altibajos.
Brock Purdy, el quarterback de los Niners, reconoció las fallas del equipo: “Siento que nos estamos perjudicando ofensivamente y luego, cuando la defensa consigue detener, tenemos que aprovechar. El año pasado lo hicimos muy bien, los últimos años. Jugamos fútbol en equipo durante cuatro cuartos y sentí que fuimos bastante dominantes. Este año, simplemente ha sido irregular.” Sus palabras resumen la frustración de una temporada marcada por la inconsistencia.
Las causas de este mal desempeño son múltiples. Desde problemas contractuales en el campamento de entrenamiento, hasta una plaga de lesiones que afectó a jugadores clave como Christian McCaffrey, Trent Williams, Brandon Aiyuk y Nick Bosa, los 49ers han batallado contra la adversidad durante todo el año. Incluso los jugadores que permanecieron saludables, no lograron alcanzar su máximo nivel.
Las estadísticas son reveladoras: San Francisco ocupa el sexto peor lugar en anotaciones en las últimas siete semanas, es último en robos de balón y quinto peor en yardas por tierra permitidas. Una intercepción crucial de Purdy en el último cuarto selló el destino del equipo, y una temporada plagada de errores, incluyendo un máximo de temporada de 11 penalizaciones por 90 yardas.
Jake Moody, el pateador de segundo año, también tuvo una actuación deficiente, fallando un gol de campo de 41 yardas. Su porcentaje de conversión del 76.7% refleja la irregularidad del equipo. Además, los Niners siguen sin ganar bajo el mando de Kyle Shanahan después de quedarse atrás por ocho o más puntos en el cuarto cuarto.
El entrenador Shanahan, en declaraciones posteriores al partido, fue contundente: “No importa lo que esté pasando, cuando tienes esas penalizaciones así, no mereces ganar”. La situación deja a los 49ers con un sabor amargo en una temporada que, a pesar de las expectativas iniciales, terminó en un final inesperado.
Los 49ers enfrentarán a Detroit el lunes por la noche en un partido que, aunque sin relevancia para la clasificación, servirá para evaluar el futuro de la franquicia y analizar la trayectoria de una temporada que se escapa de las manos.