El Orlando Magic, un equipo que ha demostrado una gran capacidad de reacción en las últimas semanas, se enfrentó a los Brooklyn Nets, un equipo con un historial de altibajos esta temporada. La clave del partido se encuentra en el desempeño de jugadores clave como Cole Anthony y Tristan da Silva del lado del Magic. Mientras que por los Nets, Cam Thomas y Jalen Wilson cargaron con la ofensiva.
El partido parecía definido a mediados del tercer cuarto. Los Nets dominaban el marcador con una ventaja considerable, 71-51. Parecía una victoria segura para Brooklyn, especialmente considerando el regreso de Cam Thomas después de una lesión que lo mantuvo fuera de juego durante 13 partidos. Su reaparición, tras una distensión en el isquiotibial izquierdo, fue esperada con ansias por los aficionados de los Nets. Además, la ausencia de Dorian Finney-Smith, traspasado a los Lakers, parecía agravar aún más la situación para el equipo de Brooklyn.
Sin embargo, el Magic demostró una vez más su temple, su capacidad de sobreponerse a la adversidad. Fue una remontada épica, con un Tristan da Silva imparable en el último cuarto, anotando 13 de sus 21 puntos totales en ese periodo. "Fue una noche increíble. Nunca perdimos la fe", dijo posteriormente un jugador del Magic (nombre no revelado en la fuente original). La contribución de Goga Bitadze, con 19 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias, fue fundamental para este cambio de rumbo.
El partido se definió en los últimos segundos con una bandeja de Cole Anthony a 0.2 segundos del final, sellando así una victoria agónica de 102-101 para Orlando. Un tiro de esquina de Cam Thomas en el último segundo no logró encontrar la canasta. Esta victoria del Magic fue la segunda remontada impactante en ocho días, luego de superar una desventaja de 25 puntos contra Miami el 21 de diciembre. Una situación que subraya la inconsistencia de los Nets, quienes en sus cuatro encuentros contra el Magic en la temporada utilizaron 11 quintetos diferentes, con tan solo Cam Johnson como titular en todos los partidos.
La victoria del Magic, sin duda alguna, deja una huella imborrable en la temporada. Una muestra de resiliencia y un claro ejemplo de cómo, en el mundo del baloncesto, la esperanza puede mantener viva la posibilidad de un triunfo hasta el pitido final.