El nombre de Patrick Mahomes resuena con fuerza, pero esta narrativa no se centra únicamente en su destreza. La clave reside en la profundidad del equipo, forjada en el crisol de las lesiones y las adversidades. Cada baja ha sido una oportunidad inesperada para fortalecer el roster.
Empecemos por la línea de receptores. La baja de Marquise Brown (lesión de hombro) en pretemporada y la de Rashee Rice (lesión de rodilla) en la semana cuatro, parecía un golpe devastador. Sin embargo, la estrategia de los Chiefs se mostró brillante: el intercambio por DeAndre Hopkins, tres veces All-Pro, fue un movimiento estratégico que elevó el nivel del equipo. Ahora, con el regreso de Brown, Kansas City presume un dúo formidable.
La situación en la posición de corredor no fue menos desafiante. La fractura de fíbula de Isiah Pacheco en la semana dos obligó a la franquicia a fichar a Kareem Hunt, quien se recuperaba de una cirugía. Hunt se consolidó como un jugador clave hasta el regreso de Pacheco, creando un tandem explosivo.
La línea ofensiva también enfrentó retos. La protección del lado ciego de Mahomes fue un quebradero de cabeza. La rotación de jugadores como Kingsley Suamataia y Wanya Morris, seguida de la incorporación de D.J. Humphries (ex tackle izquierdo del Pro Bowl), a pesar de su lesión inicial, dio como resultado una mayor profundidad en una posición crucial. La resiliencia se ve reflejada en cada decisión tomada.
En la secundaria, la fractura de tobillo de Jaylen Watson parecía un duro golpe. La solución? El regreso del veterano Steven Nelson del retiro, quien ahora podría formar parte de la rotación, incluso con el posible regreso de Watson para los playoffs.
“Hemos construido hasta el punto perfecto. Hemos mejorado cada vez más”, aseguró el propio Patrick Mahomes, reflejando la filosofía del equipo.
El entrenador Andy Reid, consciente de la necesidad de mantener a sus jugadores en óptimas condiciones, decidió dar descanso a Mahomes y varios titulares en el último partido de la temporada regular, un riesgo calculado para evitar lesiones de cara a los playoffs. Esto significa que varios jugadores tendrán un receso considerable antes de la ronda divisional.
El rival de los Chiefs en la ronda divisional se definirá tras el fin de semana de comodines. Las posibilidades incluyen a Denver, Pittsburgh o el ganador del partido entre Texans y Chargers. Los Chiefs, con un récord de 7-2 contra equipos de playoffs esta temporada (descontando la derrota ante Denver con un equipo alternativo), se preparan para la siguiente etapa.