Una victoria significaba un paso más hacia la gloria, hacia la anhelada oportunidad de levantar el trofeo Vince Lombardi.
Pero la narrativa de la noche no giró en torno a la ofensiva, al menos no en su totalidad. Jalen Hurts, quarterback de los Eagles, registró cifras que, para muchos, podrían considerarse discretas: 131 yardas por pase, 36 por tierra. Números que palidecen en comparación con sus actuaciones estelares anteriores. Sin embargo, “Ya sabes que eso no importa,” declaró Hurts después del partido, “Se trata de ganar. Eso es lo único que nos ha llevado al punto en que estamos.”
Y ganar, ganaron. Con un contundente 22-10 sobre los Packers, los Eagles, campeones del Este de la Conferencia Nacional, extendieron su racha a 13 victorias en 14 partidos. Este triunfo no fue obra de la magia ofensiva, sino del férreo trabajo de una defensa que se convirtió en la verdadera protagonista del encuentro.
La clave estuvo en la presión implacable sobre Jordan Love, el mariscal de campo de Green Bay. Los Eagles lograron una hazaña defensiva impresionante: tres intercepciones, obra de Zack Baun, Quinyon Mitchell y Darius Slay, además de una recuperación de balón en equipos especiales por parte de Jeremiah Trotter Jr.
Estas cuatro recuperaciones representan la cifra más alta para los Eagles en un juego de playoffs desde 2002. Para destacar la excepcionalidad del momento: Baun se convirtió en el primer defensor de los Eagles en interceptar un pase en playoffs desde 2014; mientras que Mitchell se convirtió en el primer novato en lograrlo desde 1981.
A pesar del dominio defensivo, la ofensiva de los Eagles lució inconsistente, generando poco y sufriendo para avanzar en el terreno. "Sufrimos para generar ofensiva," admitió el entrenador en jefe, Nick Sirianni, "No creo que tuviéramos el juego que queríamos tener en ofensiva, pero creo que Jalen hizo muchas cosas buenas."
La pregunta que queda en el aire no es si Hurts hizo lo suficiente para ganar este partido—lo hizo—sino si su desempeño, con todas sus limitaciones, es suficiente para asegurar la confianza necesaria para competir por un Super Bowl. El camino continúa, lleno de retos y oportunidades. La siguiente parada: la ronda divisional contra Rams o Vikings.