Naomi Osaka, la estrella japonesa, se enfrentó a la francesa Caroline Garcia en la primera ronda del torneo, logrando una victoria por 6-3, 3-6, 6-3. Sin embargo, tras su triunfo en la arena Rod Laver, Osaka reveló un detalle inesperado que añade una dimensión humana a su desempeño deportivo. Su hija, Shai, de un año y medio, se encontraba en Los Ángeles, a miles de kilómetros de distancia, con un peligro latente a su alrededor.
Mientras dominaba la pista en Melbourne, Osaka se enteró de un incendio cerca de su hogar en California. “Había un incendio a tres cuadras de mi casa,” explicó la tenista. La preocupación por la seguridad de su pequeña la llevó a tomar una decisión inmediata: enviar a alguien a buscar el certificado de nacimiento de Shai. Un gesto que refleja el instinto maternal por encima de cualquier otra cosa, incluso la presión de una competencia tan importante.
Esta situación coincidió con el anuncio reciente de su separación del rapero Cordae, padre de Shai, noticia que compartió en redes sociales a principios de mes. “Honestamente, no creo que haya estado haciendo el mejor trabajo manteniendo el enfoque,” admitió Osaka, evidenciando la dificultad de equilibrar la vida personal y profesional en circunstancias tan desafiantes. “Pero obviamente gané, así que creo que es un trabajo aceptable.”
Su gorra de los Dodgers con las letras “LA” y un corazón rojo, así como la camiseta morada de los Lakers, durante su conferencia de prensa, simbolizaron su conexión con Los Ángeles, un lugar al que ahora describe como su verdadero hogar gracias a los recuerdos creados con su hija. La incertidumbre sobre la magnitud del incendio la mantuvo preocupada, aunque se mostró agradecida por la seguridad de su familia.
Más allá del torneo, Osaka enfrenta una decisión difícil: “No siento que sea lo suficientemente seguro para volver allí. Está un poco en un limbo —pero también me motiva para esperar quedarme aquí tanto tiempo como pueda.” Su próximo rival en el Abierto de Australia será Karolina Muchova, una jugadora que ya la derrotó en el US Open del año pasado, añadiendo una capa más de complejidad a la situación.
El encuentro con Garcia no fue solo un partido de tenis, sino un reflejo de la resiliencia de Osaka, capaz de superar retos personales y profesionales en un mismo escenario. Su camino en el torneo continúa, marcado por la experiencia en la cancha y la preocupación por un hogar lejano.