Se respiraba una atmósfera de revancha, de demostrar que Detroit estaba de vuelta.
Y en el centro de esa tormenta perfecta, Cade Cunningham, recién nombrado reserva para el Juego de Estrellas, se erigió como la figura principal. Su desempeño fue, sin exagerar, espectacular. No solo lideró la victoria de los Pistons sobre los Mavericks con 40 puntos, igualando su máximo anotador de la temporada, sino que lo hizo con una precisión impactante: 17 de 30 tiros de campo. "Una noche para recordar," se podía leer en los labios de algunos aficionados al final del partido.
Su actuación fue más que un simple despliegue ofensivo; Cunningham también contribuyó con seis rebotes y cuatro asistencias, demostrando su polivalencia en la cancha. A tres puntos de su récord personal de 43, dejó claro que está en un momento excepcional de su carrera. La victoria significó romper una racha de tres derrotas consecutivas para los Pistons, un bálsamo para el equipo y sus seguidores.
Tobias Harris colaboró con 17 puntos, y Jalen Duren aportó un doble-doble con 16 puntos y 13 rebotes. Por parte de los Mavericks, Kyrie Irving lideró la ofensiva con 28 puntos, y P.J. Washington registró 22 puntos y 13 rebotes. La ausencia de Luka Doncic, aún fuera por lesión de pantorrilla desde Navidad, se sintió notablemente en el juego de Dallas. Se extraña su promedio de 36.1 puntos en ocho encuentros contra los Pistons - el más alto contra cualquier equipo - además de sus 8.5 rebotes y 9.8 asistencias. Su ausencia, claramente, marcó la diferencia.
Un momento crucial del encuentro fue la racha de 10-2 conseguida por los Pistons, cuando los Mavericks habían logrado acercarse peligrosamente en el marcador (93-91), con Cunningham en el banco, demostrando la profundidad del equipo.
Ambos equipos volverán a la cancha el domingo: Dallas enfrentará a Cleveland, mientras que Detroit recibirá a Chicago. El futuro, para ambos conjuntos, promete partidos vibrantes y llenos de emociones.