La expectativa era alta, se sentía en el aire ese cosquilleo previo al encuentro entre dos equipos con estilos de juego completamente opuestos.
Los Clippers, con su poderío ofensivo y la experiencia de jugadores como Kawhi Leonard, se enfrentaban a unos aguerridos Hornets, que a pesar de su irregular temporada, siempre se presentan con garra y espíritu competitivo. La batalla prometía ser intensa.
El partido fue una montaña rusa de emociones. "Fue un juego muy disputado, hasta el final", comentó un aficionado tras el encuentro. Y así fue. Los Clippers, liderados por un excepcional Norman Powell, quien aportó 27 puntos, lograron construir una ventaja considerable en el tercer cuarto. Pero los Hornets, impulsados por los 25 puntos y nueve rebotes de Miles Bridges, no se daban por vencidos.
La diferencia se mantuvo apretada hasta el tramo final del partido. Kawhi Leonard, con sus 21 puntos y nueve rebotes, y un James Harden que contribuyó con 14 puntos y 10 asistencias, fueron cruciales para mantener a raya a los Hornets. Un triple clave de Harden y una espectacular clavada de Leonard sellaron la victoria de los Clippers por 112-104. Ivica Zubac también destacó con 14 puntos y 11 rebotes, mostrando la solidez del equipo angelino bajo los tableros.
Por parte de los Hornets, además de la destacada actuación de Bridges, Vasa Micic aportó 20 puntos en un esfuerzo colectivo por igualar la potencia de los Clippers. Esta derrota deja a los Hornets con un registro de 1-4 en su gira de nueve partidos en casa, la más extensa en la historia de la franquicia, que continua este sábado contra Denver. Un desafío mayúsculo les espera.
La noche culminó con la celebración de los Clippers, sabedores de una victoria sufrida, pero sumamente valiosa. El camino hacia los playoffs sigue siendo largo y complejo, pero la noche dejó una sensación de optimismo y confianza en el equipo angelino.